El lema oficial de los Juegos Olímpicos Londres 2012 "Inspirar una Generación" refleja la historia de Margarita Faundez, la joven atleta ciega que representará a Chile en los juegos paraolímpicos de la mencionada cita del deporte mundial.
Poco después de su nacimiento en 1988, Margarita presentó un desafío que sería a la postre un rasgo distintivo en ella; su visión estaba seriamente limitada y con el devenir del tiempo los médicos le diagnosticaron Retinitis Pigmentosa, una enfermedad de origen genético y degenerativa. El anuncio causó el shock de sus padres y el destino de su hija les parecía incierto y oscuro.
Pero Margarita les tenía preparadas más sorpresas. Desde pequeña mostró una personalidad inquieta, inusualmente alegre, buena para jugar y especialmente para aprender. Es así como tanto en la escuela básica como media destacó como una alumna excelente, llena de talentos y muy querida por sus profesores y compañeros de curso. Ya a la edad de 10 años recibió su primer reconocimiento importante al ganar el "Premio al Esfuerzo" de la Región Metropolitana, condecoración que le entregó el Ministro de Educación de la época por ser un ejemplo a seguir.
En el 2007, ingresó a estudiar Masoterapia, decisión que le significó no sólo una preparación para su futuro laboral, sino que también el ingreso a un área que jamás pensó conocer, ¡el atletismo! En pleno segundo año de su carrera, su compañero, mejor amigo y "pololo" la invitó a practicar atletismo al Centro de Alto Rendimiento del Estadio Nacional, al amparo de un club de atletas ciegos que entrenaba en el lugar. Ella aceptó el desafío con algo de temor ya que nunca había practicado deporte, de hecho, ni siquiera realizó educación física en la escuela, ya que sus profesores preferían eximirla del ramo.
Es así como casi cumpliendo 20 años Margarita comenzó su carrera de atleta, algo que es impensado a esa edad, aún para una persona que no tuviera problemas de visión. Aunque al comienzo no se imaginó grandes logros competitivos, lo cierto es que con esfuerzo ha demostrado que está para cualquier cosa en el atletismo. Como todos los desafíos de su vida, ella lo enfrentó con otra de sus características, la tenacidad. Esta combinación de enfoque, auto exigencia y poner el alma en lo que hace, la ha llevado a alcanzar importantes logros en muy poco tiempo.
Su primera incursión fue una corrida en la calle en noviembre de 2008, la Brooks Body and Soul, en la cual corrió 7 kilómetros y obtuvo el primer lugar de la categoría discapacitados. Luego de ello participó en varias otras corridas de calle que permitían a atletas ciegos, ganando siempre el primer lugar.
Su primer logro internacional lo obtuvo en la Maratón Internacional de Punta del Este en Uruguay el 2010. Luego de correr los 10 kilómetros de la prueba, se quedó con el primer lugar de la categoría Capacidades Diferentes. Luego participó del primer Campeonato Nacional de Atletismo para discapacitados celebrado en la ciudad de Concepción, donde ganó primer lugar en los 100 metros planos y también en los 1.500 y 5.000 metros.
Luego de estos logros, Margarita se propuso clasificar para los Juegos Parapanamericanos de Guadalajara, Mexico 2011, para lo que tuvo que competir en el Open de Buenos Aires en Julio de ese año, en el que obtuvo el primer lugar en 200 y 400 metros, clasificando a la mencionada competencia en la que se posicionó en el noveno lugar a nivel continental.
También en el 2011 participa nuevamente en Campeonato Nacional de Atletismo para Discapacitados, ganando el primer lugar en los 100, 400 y 1.500 metros.
Su más reciente participación internacional fue en el Open de Turín, Italia, en mayo de 2012, donde obtuvo el segundo lugar en su categoría, clasificando así para la máxima cita del deporte mundial, los Juegos Olímpicos, donde representará los colores de Chile.
En reconocimiento a su destacada vida, la Ilustre Municipalidad de La Cisterna, comuna en la que ella ha vivido desde siempre, la nombrará Hija Ilustre este miércoles 30 de mayo de 2012.
Aunque todos estos logros son dignos de admiración, Margarita se refiere a ellos con humildad. Agradece profundamente por los padres que tiene y por sobre todo a Dios, a quien reconoce como la fuente de su fortaleza y de todo lo que es.
Margarita es una fiel miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, reconocida por todos los que la conocen por sostener altos valores y ser parte de una familia especial. Su padre fue obispo (asignación voluntaria y sin remuneración en la Iglesia) por 17 años; su madre ha servido voluntariamente en diversos cargos de liderazgo eclesiástico entre las mujeres, su hermano mayor sirvió una honorable misión de 24 meses en el Sur de Chile y sus hermanos menores también se preparan para hacerlo.
Margarita nunca se queja ni pide favores especiales atendida su ceguera. Terminó sus estudios y actualmente se desempeña como masoterapeuta de un famoso gimnasio de la capital. Recientemente declaró que ama su trabajo, el atletismo, su familia y a Dios.
Su vida, llena de desafíos y logros, su amor y su fe, ciertamente la levantan como una mujer que inspira a una generación.