Este sábado 17 de julio, en la zona norte de la ciudad de Santa Cruz, más de 70 voluntarios se dieron cita en una de las capillas de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días para apoyar a la campaña de donación de sangre que, realizado por el programa Manos que ayudan, se ha convertido en una de las actividades de servicio más representativas de la Iglesia.
A pesar de las circunstancias de la actual pandemia, la cantidad de voluntarios que se hicieron presentes fue importante. Una de las asistentes, Paola Carballo, que además de donar sangre, también ayudó a registrar a los demás voluntarios, dijo respecto a la afluencia de la actividad: “La verdad es que pensé que sería poca, por esto del Covid, pero han acudido al llamado. Me parece increíble, ¡es sorprendente!”.
Fueron más de cuatro horas de trabajo en equipo que dieron un gran resultado. Del total de voluntarios, 61 personas fueron las que se hallaron habilitadas para donar; pudiéndose reunir 56 unidades de sangre. El personal del Banco de Sangre se mostró muy sorprendido y agradecido ya que éste es un porcentaje muy alto de donación.
Muchos de los asistentes ya habían donado sangre antes, ya sea con el programa "Manos que ayudan" o en alguna otra oportunidad. Sin embargo, para varios fue su primera vez. Tal fue el caso de Kaatherin Serrano, una dedicada mamá quien asistió junto a su familia. Cuando se le preguntó si estaba nerviosa, ella respondió: “Ay sí, yo siempre fui muy miedosa a las agujas. [Pero] es que hay tantas cosas que suceden […] y no hay mucha sangre. Así que, si es la manera de ayudar, estamos aqui”.
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También la juventud estuvo presente. Gabriela Mostacedo, una jovencita recién retornada de la misión, quien después de la experiencia se mostró muy animada por ser una donante regular. “La verdad, me gustó mucho. Al inicio me sentía muy nerviosa, pero me agradó mucho saber que poder donar mi sangre va a ayudar a muchas personas. El propósito por el que lo hice me ha ayudado a cambiar mi perspectiva”.
El prestar servicio es una parte muy importante de la vida de los miembros de la Iglesia. Como discípulos de Jesucristo, tratan siempre de seguir Su ejemplo. En esta oportunidad, cada voluntario pudo demostrar también su amor por el prójimo a través de la donación de sangre, que, como bien titula esta noble campaña, "Cada donación de sangre es un regalo de vida".