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Por Church News
Ronald A. Rasband, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dirigió la Sesión del sábado por la noche de la Conferencia General 194 de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
El élder David A. Bednar, hizo énfasis en el estudio del Libro de Mormón, destacando que sus enseñanzas se aplican a nuestro tiempo. El élder Gerrit W. Gong, del Cuórum de los Doce, centró su mensaje en la inscripción del templo: Santidad al Señor y cómo esta puede ofrecernos una guía para nuestras acciones, pensamientos, metas y el servicio que prestamos tanto dentro como fuera de la Iglesia.
Kristin M. Yee, de la presidencia general de la Sociedad de Socorro, compartió por medio de una experiencia personal lo que ella aprendió acerca del arrepentimiento y cómo el poder de la Expiación del Salvador nos ayuda a sanar y reparar.
Los elderes Kyle S. McKay y Jorge M. Alvarado de los Setenta, también compartieron mensajes.
La música de esta sesión estuvo a cargo de un coro combinado de misioneros.
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| Temple Square is always beautiful in the springtime. Gardeners work to prepare the ground for General Conference. © 2012 Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved. | 1 / 2 |
Resumen de los discursos
Gerrit W. Gong, del Cuórum de los Doce Apóstoles, Santidad al Señor en la vida cotidiana
“El nuestro es un Evangelio de gozo y santidad en la vida cotidiana”. La santidad invita a todos a infundir lo sagrado en la vida diaria.
Las historias de santidad en las cosas cotidianas de los miembros de la Iglesia son inspiradoras. “Ustedes viven según las siete “C”: comunión con Dios; comunidad y compasión de unos por otros; compromiso y convenios con Dios, la familia y los amigos; centrados en Jesús, el Cristo”.
Algunos ejemplos de estas historias incluyen una pareja que estuvo casada durante un año compartiendo “con autenticidad y vulnerabilidad los convenios del Evangelio, el sacrificio y el servicio en sus vidas en desarrollo”.
Una hermana, que anhelaba tener una mejor relación con su padre, sintió la impresión de llevarlo al templo con ella. Esto dio inicio a los viajes regulares de padre e hija al templo. “Pasar tiempo en la casa del Señor nos ha curado”, dijo.
Jean Gong, la madre del élder Gong, falleció a principios de este año. La decisión de bautizarse y unirse a la Iglesia a los 15 años fue una de las (decisiones) que más influyó en su vida. “Mi madre tenía una fe y una confianza en el Señor que bendijo su vida y a todas las generaciones de nuestra familia”.
La santidad en la vida cotidiana para el Señor “incluye venir más a menudo al Señor en Su santa casa”. Hacerlo “nos prepara para vivir con Dios, nuestro Padre, un “Hombre de Santidad”; con Jesucristo; y con nuestros seres queridos”.
Kristin M. Yee, segunda consejera de la Presidencia general de la Sociedad de Socorro, El gozo de nuestra redención
“Arrepentirnos nos permite sentir el amor de Dios, y conocerlo y amarlo de maneras que de otro modo jamás conoceríamos”.
“Hace unos 10 años, sentí la impresión de pintar un retrato del Salvador”. A pesar de sentirse abrumada, siguió adelante y confió en que el Señor la ayudaría. Al aplicar barniz a la pintura terminada, una parte comenzó a disolverse porque la pintura no estaba lo suficientemente seca.
“Sentía como si acabara de destruir lo que Dios me había ayudado a hacer”. Oró, suplicó ayuda y luego trabajó toda la noche para reparar el daño. A la mañana siguiente, la pintura se veía mejor que antes.
Así como el Salvador ayudó a reparar una pintura irreparable, Él ayuda a las personas a superar las debilidades y arrepentirse de sus errores. “Arrepentirnos nos permite sentir el amor de Dios, y conocerlo y amarlo de maneras que de otro modo jamás conoceríamos”.
El trabajo y la súplica que fueron necesarios para que el cielo ayudara a reparar la pintura, son como el trabajo, la sinceridad de corazón y la humildad necesarios para arrepentirse. Estos frutos incluyen confesar y abandonar el pecado, y vivir con rectitud.
“Tal como con mi cuadro, el Señor no se da por vencido con nosotros cuando cometemos errores, ni huye cuando flaqueamos. Nuestra necesidad de sanación y ayuda no es una carga para Él, sino la razón misma por la que vino”.
Kyle S. McKay, de los Setenta, El hombre que estuvo en comunión con Jehová
“Testifico que José Smith fue y es un profeta de Dios”
La Primera Visión marcó el comienzo de la restauración de todas las cosas en esta última dispensación. Para José Smith, la experiencia también fue personal y preparatoria. Él quería perdón y dirección, y el Señor le dio ambas cosas.
“La experiencia de José en la arboleda le dio confianza para seguir pidiendo perdón y guía el resto de su vida. Su experiencia también me ha dado confianza a mí para seguir pidiendo perdón y guía el resto de mi vida”.
José Smith vivió una vida de arrepentimiento constante. También pidió repetidamente dirección al Señor y, como resultado, verdades vitales recibieron claridad y plenitud.
Después del martirio, su testimonio sigue resonando por todo el mundo, incluidas estas palabras: “Los principios fundamentales de nuestra religión son el testimonio de los apóstoles y de los profetas concernientes a Jesucristo: que murió, fue sepultado, se levantó al tercer día y ascendió a los cielos; y todas las otras cosas que pertenecen a nuestra religión son únicamente apéndices de eso”.
Jorge M. Alvarado, de los Setenta, Aceptar el don del Señor del arrepentimiento
“Sé que Jesucristo vive y que Él es el Maestro Sanador de nuestra alma”.
Si una persona es humilde, puede reconocer su dependencia de Jesucristo y despertar en su corazón el deseo de volverse al Salvador con pleno propósito y arrepentimiento.
“¡El arrepentimiento es gozo! El dulce arrepentimiento forma parte de un proceso diario por medio del cual, línea por línea, precepto por precepto, el Señor nos enseña a llevar una vida centrada en Sus enseñanzas”.
El Libro de Mormón puede desempeñar un papel poderoso al ayudar a una persona a venir a Cristo por medio del arrepentimiento. Las Escrituras están llenas de relatos de personas que aprendieron acerca del plan de redención del Padre Celestial y el papel de Jesucristo en el plan, y que fueron guiados por el Espíritu a arrepentirse.
En Puerto Rico, un ladrón robó el bolso de una mujer que contenía un ejemplar del Libro de Mormón. El ladrón luego pidió perdón. Había leído el libro, orado y decidido cambiar su vida. Mediante el arrepentimiento sincero y el poder del Salvador, fue sellado a su familia y sirvió en una misión.
David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, En el término de no muchos años
“Si ustedes o yo no creemos que podemos ser afligidos ni atormentados por el orgullo, entonces somos vulnerables y estamos en peligro espiritual”.
Como enseñó el presidente Ezra Taft Benson, el Libro de Mormón se escribió para la época actual. Contiene principios, advertencias y lecciones para la época en la que los Santos de los Últimos Días viven ahora y vivirán en el futuro.
El Libro de Helamán presenta un marcado contraste entre la rápida decadencia espiritual de los nefitas y la creciente rectitud de los lamanitas. Mientras que los lamanitas se volvieron a Dios, los nefitas, que alguna vez fueron justos, se convirtieron en un pueblo endurecido e inicuo en un corto período de tiempo porque permitieron que el orgullo entrara en sus corazones.
Si las personas no son fieles ni obedientes, pueden transformar la prosperidad en una maldición, ya que el orgullo les desvía y distrae de las verdades eternas y las prioridades espirituales. Aquellos que creen que son lo suficientemente fuertes como para evitar el orgullo tal vez ya estén padeciendo por ello.
“Al estudiar este registro inspirado y meditar en él, seremos bendecidos con ojos para ver, oídos para oír, mentes para comprender y corazones para entender las lecciones que debemos aprender para ‘[cuidarnos] del orgullo, no sea que [entremos] en tentación’” (Doctrina y Convenios 23:1).
“Testifico que al caminar en la mansedumbre del Espíritu del Señor, evitaremos y venceremos el orgullo y tendremos paz en Él”.
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