En el costado este de la Manzana del Templo en el corazón de Salt Lake City, rodeado de una plaza con árboles y asientos, está una estatua de Brigham Young, con el brazo extendido señalando hacia la progresiva ciudad y comunidades adyacentes que hoy en día llenan el valle.
Desde artesano, en sus primeros años, hasta segundo presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, Brigham Young dejó su huella al mundo, liderando un éxodo religioso masivo y colonizando la mayor parte del oeste estadounidense.
"Todos los comentaristas coinciden con que Brigham Young fue uno de líderes más hábiles y dinámicos en la historia de los Estados Unidos", dijo el historiador Hugh W. Nibley. "El fue uno de los hombres prácticos más significativos de su época, un práctico, imparcial y sensato realista que lograba resultados".
Nacido en Vermont en 1801, Brigham Young comenzó a "lograr resultados" poco después de volverse uno de los primeros conversos al mensaje religioso de su contemporáneo, José Smith. Como misionero de la Iglesia predicó en Inglaterra, Canadá y el este de los Estados Unidos, participando en la mayoría de los esfuerzos de expansión realizados por en la Iglesia en esa zona.
En 1835, fue llamado como miembro del Quórum de los Doce Apóstoles, el segundo cuerpo que gobierna la Iglesia después de la Primera Presidencia. En 1840 se convirtió en el miembro de mayor antigüedad y en presidente de ese quórum.
Fue mientras Brigham Young servía en esa responsabilidad que José Smith y su hermano Hyrum fueron martirizados en una cárcel de Illinois, hecho que puso el peso del liderazgo de la Iglesia y sus 20,000 miembros sobre los hombros de Brigham Young.
A medida que la persecución de los Santos de los Últimos Días se incrementaba en Illinois, Brigham Young organizaba el éxodo hacia el Oeste para encontrar un lugar seguro para la Iglesia en lo que hoy es Utah. Los historiadores han reconocido el éxito de su logro refiriéndose a él como "el Moisés estadounidense" y " el "Gran Colonizador".
"Los logros más obvios de Brigham Young fueron producto del talento que desarrolló durante toda su vida de tomar decisiones prácticas", dijo el historiador Leonard Arrington. "Él estableció patrones de gobierno dentro de la Iglesia que persisten hasta el día de hoy. Al guiar a los santos a través de Iowa, emitió instrucciones detalladas que siguieron los cientos de compañías que cruzaron las planicies hasta llegar al valle de Salt Lake en años siguientes".
De acuerdo con Arrington, Brigham Young dirigió la organización de casi 400 comunidades Santos de los Últimos Días en el oeste estadounidense durante su administración, organizó cientos de cooperativas de ventas al por menor y al por mayor, empresas manufactureras, e inició la construcción de capillas, tabernáculos y templos.
Arrington añade: "Mientras hacía eso, se encontraba envuelto en una batalla con el gobierno de los Estados Unidos por la preservación del estilo único de vida de los Santos de los Últimos Días".
"La verdadera influencia de Brigham Young emerge al contemplar a sus pares", dijo Nibley. "Él guió un grupo de gente empobrecido y prácticamente destituido de toda posesión material hacia un territorio desconocido".
Nibley continúa: "Sus críticos y biógrafos escriben que el hombre era único entre los líderes de la historia moderna, porque él solo, sin apoyo político ni financiero, estableció de la nada, una ordenada e industriosa comunidad en el medio del desierto, sin otra autoridad que el sacerdocio y la fortaleza espiritual con que impartía sus enseñanzas.
"Fue por medio de la exhortación y la instrucción constante que unió a su gente y la inspiró a llevar a cabo el mandato divino de edificar el reino de Dios sobre la tierra".