La Iglesia mantiene su palabra y es definitivamente firme en su compromiso de no aceptar los nombres de las víctimas del Holocausto para efectuar bautismos vicarios.
Se requiere de mucho engaño y manipulación para lograr que algo indebido eluda los controles que hemos implementado.
Si bien ningún sistema es infalible como para contener a los pocos que están determinados en falsificar envíos, estamos decididos a tomar acciones individuales contra las personas que incurran en abusos, suspendiéndoles los privilegios de acceso al sistema. También consideraremos si se deben aplicar otras medidas disciplinarias de la Iglesia.
Es lamentable cuando una persona deliberadamente viola las normas de la Iglesia, y algo que se debe entender como una ofrenda basada en el amor y el respeto, se convierte en una fuente de contención.
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