Jesucristo dio el ejemplo perfecto de cómo amar y servir a los que le rodeaban. Podemos servir a los demás como lo hizo el Salvador de muchas maneras, como al ayudar a los miembros de la familia, al compartir el Evangelio con otras personas o al llevar a cabo sencillos actos de bondad cotidianos.
Durante Su ministerio terrenal, Jesucristo empleó Su tiempo en servir y ayudar a los que le rodeaban. Los verdaderos discípulos de Cristo hacen lo mismo. El Salvador dijo: ‘En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros’ (Juan 13:35).
El Elder Carlos Amado, dijo:
“El servir da propósito y valor a la vida; nos acerca más a Dios y nos ayuda a refinar nuestra naturaleza divina; nos enseña a amar y a comprender a nuestros semejantes; nos ayuda a olvidarnos de nuestros deseos personales; elimina el egoísmo, el orgullo y la ingratitud; nos enseña a pensar en las necesidades de los demás, lo cual nos permite cultivar las virtudes que el Salvador posee”.
“Prestar servicio: una cualidad divina. El servir fortalece nuestra fe y nos hace útiles en Su Reino”.