“Manos que ayudan”: Miles de voluntarios limpiaron playas y riberas del Perú

El sábado 24 de noviembre, en varias ciudades del Perú, miles de voluntarios del programa “Manos que ayudan”, se acercaron con sus característicos chalecos amarillos para realizar una nueva jornada de limpieza de playas y riberas. Esta actividad es organizada todos los años por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en coordinación con Instituciones especializadas como la ONG Vida, así como con autoridades municipales de las playas a limpiar.

En esta campaña de limpieza se logró recolectar cerca de 100 toneladas de desperdicios, entre basura marina y plástico. El plástico recogido fue depositado en bolsas transparentes para que puedan ser recuperados con sistemas de reciclaje en el relleno sanitario correspondiente.

Provenientes de varios distritos, los voluntarios se acercaron a las playas Marbella en Magdalena; Carpayo, La Punta y Márquez en el Callao; Costa Azul y Bahia Blanca en Ventanilla; Los Yuyos en Barranco; Pescadores en Chorrillos; Playa Grande en Santa Rosa; Las Conchitas y Miramar en Ancón; Pampilla, Tres Picos y Redondos en Miraflores; San Pedro y Arica en Lurín, Conchán en Villa El Salvador, el río Rímac en Chaclacayo, río Lurín en Cieneguilla y río Gloria Chica en Ate.

También se realizaron actividades de limpieza en playas, ríos y lagos en otras ciudades del Perú como Chiclayo y Cusco, donde la convocatoria fue masiva. Durante toda esta jornada de servicio a la comunidad, se recolectaron miles de kilos de desechos como madera, plásticos, vidrios, cauchos, así como otros elementos contaminantes.

“Me agrada ser parte de esta actividad porque siento que estoy aportando para mi comunidad” comentaba Jeremy Donayre un joven voluntario mientras llegaba en grupo a playa Grande en Santa Rosa.

“Qué bueno ver tantos jóvenes dispuestos a dar de su tiempo limpiando nuestras playas, son todo un ejemplo”, mencionaba una señora, vecina de la zona, que veía con asombro la cantidad de jóvenes voluntarios de la Iglesia que se dirigían a la playa Costa Verde.

“Nos dio mucha pena encontrar vidrios y maderas a lo largo de la playa Márquez, que bueno que estas actividades nos permitan reflexionar sobre nuestros descuidos y las consecuencias”, declaró Manuel Benavides, voluntario que asistió por primera vez a este tipo de jornadas de limpieza

La actividad inició a las 8:00 a.m. y culminó al mediodía, y ya es toda una tradición para los miembros de la Iglesia de Jesucristo que permite aplicar los valores cristianos del servicio. Además que trae consigo un encomiable y urgente mensaje para el cuidado y preservación de la naturaleza.