Ambato localizada al centro de la Región interandina del Ecuador y conocida como la ¨ciudad de las flores y de las frutas¨ celebró junto a miembros y líderes de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Último Días el 25 aniversario de formación de la Estaca a través de un servicio devocional especial que incluyó testimonios, vivencias y palabras de gratitud de quienes aportaron al establecimiento de la Iglesia de Jesucristo en esta parte del país.
El evento que fue transmitido a través de redes sociales destacó el esfuerzo, dedicación y fe de quienes aportaron de una u otra manera al cumplimiento de metas, para que el 10 de diciembre de 1995 dar paso a la formación de la Estaca Ambato que hasta ese entonces estaba conformada por cinco ramas Ambato Central, El Recreo, Pelileo, Baños y Latacunga.

Jorge Verdesoto, primer presidente de estaca, expresó su agradecimiento por apreciar decenas de milagros en su vida y la de muchos miembros durante su servicio al frente de la estaca; sus palabras resaltaron la sabiduría de un Padre Celestial amoroso que permite experimentar pruebas, pero también brinda su ayuda y bondad para superarlas.
Seguidamente, participaron los hermanos Ángel Romo y Élder Enrique Mayorga como sucesores en la presidencia de estaca. Sus intervenciones destacaron el plan del Señor de unificar y perfeccionar a los miembros de la iglesia para que encuentren en el evangelio un refugio de paz y fortalecimiento espiritual. La gratitud de sus palabras reiteró las promesas cumplidas en sus vidas.
Hermanos de las diferentes organizaciones auxiliares también compartieron sus testimonios sobre la veracidad de esta obra maravillosa que a lo largo del tiempo ha traído gozo y felicidad a miles de familias.
José Molina, actual presidente de estaca, compartió su experiencia al ser guiado desde su juventud por líderes escogidos por el Señor. Cada uno de ellos se convirtió en mentor en los momentos importantes de su vida. Sus palabras incluyeron la invitación para trabajar en conjunto por una segunda estaca en Ambato, anhelo que aspira verlo cumplido pronto.
El evento concluyó con las palabras de Élder Benalcázar y su esposa, reconociendo el valor de cada uno de los miembros en los últimos meses, así como también las grandes bendiciones recibidas. Muchas de sus palabras recordaron el inmenso amor del Salvador y el compromiso constante por guía e instrucción.