Actividades presenciales de la Iglesia se reactivan gradualmente

El obispo Gustavo Ruíz Carrasco, quien lleva dos años sirviendo como obispo del barrio Los Pinos en la estaca Pachuca Sur,  cuenta su experiencia al recibir las noticias en marzo de 2020 de que los servicios presenciales de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos días tendrían que ser suspendidos debido a la pandemia por la COVID-19, y que los servicios tendrían que ser en línea por tiempo indefinido. Ruiz dice que se sorprendió por las noticias, pero que se aseguró que los miembros de su barrio estuvieran informados de las nuevas medidas que se implementarían durante la pandemia.

“Me reuní con mis consejeros, hablamos de esto y preparamos un mensaje que compartimos con los miembros el cual llegó a todas las personas del barrio. En general creo que fue una buena experiencia el poder ejercer la fe para poder tener una comunicación constante con el barrio con las familias y ver sus necesidades y apoyarles”, expresó Ruíz.

Un año después de ese anuncio, el gobierno ha permitido que los miembros de la Iglesia de mayor parte del paìs nuevamente se reúnan de forma presencial y limitada en sus distintas unidades y de acuerdo al semáforo epidemiológico. Ruiz narra que este suceso fue recibido con mucha alegría por los miembros de su barrio, ya que a pesar de que dice que han habido bendiciones por realizar actividades de la Iglesia en línea, también hay bendiciones especiales que solo se pueden recibir de forma presencial.

“El poder asistir a la Iglesia, el poder participar de la Santa Cena, y el poder renovar nuestros convenios ahí en la capilla nos da un sentido de mayor compromiso y reverencia”, dijo Ruíz.

El obispo Alejandro Yerena, quien ha servido en su llamamiento por casi 6 años en el Barrio Tecnológico de la estaca Celaya, dice que en su unidad los hermanos han respondido de una forma muy positiva a todas las instrucciones que se han dado. Aunque quedarse en casa fue desafiante, asegura que muchas familias han sido fortalecidas espiritualmente durante la pandemia.

“El poder tener actividades de la Iglesia en línea ha bendecido a varias familias, incluyendo la mía.  Creo que, por ejemplo, el estudio personal de las escrituras ha aumentado. Creo que se generó un hábito y se ha comprendido mejor la importancia del estudio de las escrituras en casa”, dijo Yerena.

Además, comenta que ahora que los miembros de su barrio gradualmente regresan a actividades presenciales se muestran incluso más emocionados por participar en los servicios dominicales.

“La mayoría de los miembros anhelaba regresar a la capilla”, expresó Yerena. “Yo puedo ver gozo en rostros de poder regresar. Están muy contentos de regresar a las actividades presenciales y poder participar de la Santa Cena”.

Las reuniones presenciales fueron canceladas en todo el país al principio de la pandemia, y los líderes de la iglesia estuvieron y continúan atentos a las indicaciones del gobierno para determinar las actividades que se pueden realizar dentro de los edificios sin exponer la salud de las personas que asistan. Autoridades en la Ciudad de México recientemente autorizaron que se realicen actividades presenciales en las iglesias, noticia que de acuerdo al presidente de la rama Santa Fé de la estaca México Tacubaya, Uriel Shared Pavón, fue recibida con mucho entusiasmo por los miembros de su rama.

“Las reuniones en línea han ayudado mucho, pero no se compara con poder realizar las actividades de forma presencial”, dijo Pavón.”Ha sido una bonita experiencia volver a vivir lo que ya conocíamos”.

En la Ciudad de México el aforo permitido para las reuniones de la Iglesia es de 50% de su capacidad máxima, lo que representaría una asistencia de 80 personas en la capilla de la rama Santa Fé. Sin embargo, por ser una unidad pequeña con asistencia menor a esa cantidad, la presidencia de la rama ha podido invitar a la mayor parte las personas de la rama a las reuniones presenciales.

“Tenemos un promedio de 35 hermanos en la capilla, los domingos”, dijo Pavón- “Muchas personas e incluso familias se fueron de la Ciudad de México por la pandemia, y ya no pertenecen a nuestra rama, pero seguimos invitando a las personas a que vengan a la iglesia de forma presencial, y la respuesta ha sido muy buena”.