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Templo de Santo Domingo celebra 13 años de operación

El 17 de septiembre del 2000, Gordon B. Hinckley, Presidente de la Iglesia a nivel mundial, pronunció la "oración dedicatoria" del singular edificio.

El 17 de septiembre del año 2000, Gordon B. Hinckley, quien en ese entonces era el Presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días a nivel mundial, viajó al país para ofrecer la "oración dedicatoria" (oración inaugural que da inicio oficial a las operaciones de un templo mormón) mediante la cual consagró este hermoso edificio para la adoración a Dios.

Aquel día, Santos de los Últimos Días (término utilizado para identificar a los miembros de la Iglesia) de todo el país y de la región del Caribe se dieron cita en los jardines del templo para juntos ver realizado un sueño que habían guardado por muchos años desde la llegada de la Iglesia al país en 1978.

Hoy en día, el templo de la Iglesia en Santo Domingo no solo da servicio a sus miembros en el país, sino que también da servicio a más de 186,000 miembros de la Iglesia en unos 27 países de la región del Caribe donde la Iglesia está organizada. 

A la ceremonia dedicatoria del templo en el año 2000 le precedió una jornada de "puertas abiertas" mediante la cual durante toda una semana se dio acceso al público para visitar los interiores y para explicarles con más detalles el propósito y naturaleza de ese sagrado recinto. El público fue recibido por acomodadores y ayudantes que les colocaban plásticos protectores en los zapatos y luego hacían un recorrido completo por toda la estructura con anfitriones que les explicaban los usos y funcionalidades de cada espacio del edificio.  

"Para nosotros, el templo es un lugar sagrado y especial, aún más que las capillas o centros de reuniones, los cuales se pueden ver en todas las ciudades del país, pues el templo es erigido para propósitos específicos y muy sagrados que son propios de nuestra fe y nuestra práctica religiosa" expresa Yadira Matías, una maestra residente en la zona oriental de Santo Domingo, quien conoció la Iglesia y se unió a ella en 1988 junto a otros miembros de su familia. 

"El templo es diferente a las capillas regulares de la misma forma que los templos antiguos lo eran de las sinagogas para los judíos. Las capillas son espacios abiertos para compartir el evangelio y realizar actividades diversas, incluso sociales, con todas las personas, incluso aquellas que no son de nuestra fe, quienes siempre están invitados para conocer lo que hacemos y creemos, pero el templo es un espacio aún más sagrado que se reserva exclusivamente para ceremonias propias de nuestra creencia, para las cuales se requiere una preparación que usualmente es propia de los miembros de la Iglesia" agregó.

Ya han pasado 13 años desde la dedicación del templo pero la memoria de aquel día especial para los que hoy ya son más de 125,000 miembros de la Iglesia en la República Dominicana sigue siendo un día que recuerdan de manera especial. Si hay algo sagrado para los Santos de los Últimos Días es el templo, pues para ellos constituye literalmente la Casa del Señor.

Para los miembros de la Iglesia, el templo no es un lugar secreto sino más bien sagrado y aunque el acceso a su interior está sujeto a determinados términos y condiciones de preparación personal, incluido el bautismo en la Iglesia, los líderes de la Iglesia han establecido que cualquier persona que desee, si cumple con las condiciones establecidas para tales fines, puede prepararse y algún día entrar al templo y participar en las actividades que allí se realizan.

Una de las ceremonias más sagradas que los Santos de los Últimos Días realizan en el templo es el "sellamiento" o matrimonio eterno, pues parte de la fe mormona establece que un hombre y una mujer que son unidos como esposo y esposa por la debida autoridad eclesiástica pueden perpetuar su unión más allá de esta vida, es decir, que tanto ellos como esposos y los hijos que surjan de esa unión pueden seguir gozando del vínculo familiar en la vida venidera.

"Sabemos que Dios puede estar en todas partes donde se le invite, pues el Señor ha dicho que donde estén dos o otres congregados en su nombre ahí está El con ellos, sin embargo reservamos el templo como un lugar especial donde se espera que todos los que entren allí se preparen previamente para dejar atrás las cosas de este mundo y luego allí enfocarse en las de mayor importancia, que para nosotros son las espirituales" concluyó Yadira.

Como parte de su mantenimiento a largo plazo, los templos son remozados y sufren transformaciónes importantes aproximadamente cada 20 ó 25 años, según las condiciones del lugar. Al completarse este proceso, existe la posibilidad de que el edificio sea "rededicado" y se pronuncie nueva vez una oración dedicatoria. Cuando esto sucede, se puede realizar previamente una nueva jornada de puertas abiertas para permitir al público pasar al interior y conocer el interior de un edificio que quizás han admirado por mucho tiempo, pero sobre el cual quizás no conocen mucho. Una vez concluye la jornada de puertas abiertas, se consagra el edificio y vuelve a sus operaciones habituales.

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