Por Molly Holt
Revistas de la Iglesia
Ya sea que hayamos crecido en la Iglesia o nos hayamos convertido más adelante en la vida, muchos de nosotros probablemente hayamos pasado por momentos de incertidumbre o dudas. Puede que hayamos tenido increíbles experiencias espirituales pero ahora nos preguntemos: ¿Fueron reales esas experiencias espirituales o simplemente me imaginé que estaba sintiendo el Espíritu? ¿Qué sucede si nada de esto es cierto? ¿Y qué pasa con las preguntas para las que todavía no encuentro respuesta? ¿Cómo puedo permanecer en la Iglesia si ya no estoy seguro de si es verdadera?
Temple Square is always beautiful in the springtime. Gardeners work to prepare the ground for General Conference. © 2012 Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved. | 1 / 2 |
Personalmente, me sorprendió que esas preguntas me surgieran después de haber servido en una misión. Había conocido la verdad con tal convicción que deseé salir a predicársela a otras personas durante un año y medio, y ahora dudaba de todo lo que había sabido y enseñado. Qué pérdida de tiempo si nada de aquello fuera verdad. Así pues, ¿era cierto todo lo que había enseñado o simplemente había deseado que lo fuera? Después de ver a amigos abandonar la Iglesia, y mientras hacía frente a mi propia lucha de fe, me preguntaba si me había engañado a mí misma.
Durante ese tiempo no dejé de ir a la Iglesia ni de obedecer los mandamientos debido a que tenía grandes interrogantes. En lugar de eso, debido a que tenía interrogantes, traté de seguir el consejo del presidente Russell M. Nelson de “aumentar mi capacidad espiritual para recibir revelación”.
Sabía que “Nada abre tanto los cielos como la combinación de mayor pureza, estricta obediencia, búsqueda diligente, el deleitarse a diario en las palabras de Cristo en el Libro de Mormón, y dedicar tiempo frecuente a la obra del templo y de historia familiar”. Sentía que era crucial permanecer cerca de Dios. Al fin y al cabo, Él era el único que tendría la respuesta a mis preguntas.
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Ante la duda, deja abierta la puerta a la fe (churchofjesuschrist.org)
Molly Holt se crio en una numerosa familia tejana. Vive en Utah con su esposo mientras ella termina su carrera en edición y publicación. Le encanta nadar, subirse a las montañas rusas, pintar con acuarela y cocinar comidas nuevas.