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Cada 24 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra la Tuberculosis, una enfermedad que continúa siendo una de las principales causas de muerte en todo el mundo.
En esta fecha pero del año 1882, el Dr. Robert Koch anunció que había descubierto la bacteria que causa la tuberculosis, lo que abrió el camino hacia el diagnóstico y la cura de esta enfermedad.
La tuberculosis sigue siendo una de las enfermedades infecciosas más mortíferas del mundo. En el mundo, cada día, cerca de 4400 personas pierden la vida por la tuberculosis y cerca de 30.000 personas enferman de esta enfermedad prevenible y curable.
Los esfuerzos mundiales para combatir la tuberculosis han salvado aproximadamente 74 millones de vidas desde el año 2000. Sin embargo, la pandemia de COVID-19 y las desigualdades socioeconómicas, han revertido años de progreso en la lucha contra la tuberculosis y han aumentado aún más la carga sobre los afectados, especialmente los más vulnerables.
En este día, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días reafirma su compromiso en la lucha contra la tuberculosis y su apoyo a los esfuerzos globales para erradicar esta enfermedad.
Contribuciones financieras: La Iglesia ha donado millones de dólares a organizaciones que trabajan para combatir la tuberculosis. Estas organizaciones utilizan estos fondos para financiar la investigación, proporcionar tratamiento y mejorar la conciencia pública sobre la tuberculosis.
Ayuda humanitaria: La Iglesia ha proporcionado ayuda humanitaria a las personas que sufren de tuberculosis en todo el mundo. Esto incluye la distribución de alimentos, ropa, suministros médicos y otros recursos a las personas que luchan contra esta enfermedad.
Servicio misionero: La Iglesia también envía misioneros a áreas donde la tuberculosis es prevalente para ayudar a brindar atención médica y educación sobre la prevención y tratamiento de la tuberculosis.
Conciencia pública: La Iglesia ha trabajado para mejorar la conciencia pública sobre la tuberculosis y su impacto en todo el mundo. La iglesia ha difundido información sobre la enfermedad y la importancia de tomar medidas preventivas y de tratamiento adecuadas.
En resumen, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha realizado una serie de contribuciones significativas para ayudar a erradicar la tuberculosis. Desde donaciones financieras hasta ayuda humanitaria y trabajo de conciencia pública, la Iglesia ha demostrado su compromiso para apoyar los esfuerzos para combatir esta enfermedad en todo el mundo.
Algunos personajes de la restauración que padecieron de Tuberculosis
Hay varios personajes importantes de los tiempos de la restauración de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días que padecieron de tuberculosis. Algunos de ellos incluyen:
Joseph Smith: El Profeta fundador de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días fue diagnosticado con tuberculosis en 1839, mientras estaba en Liberty Jail. Aunque se recuperó de la enfermedad, continuó experimentando problemas respiratorios durante el resto de su vida.
Hyrum Smith: El hermano mayor de Joseph Smith también sufrió de tuberculosis y, según algunos informes, incluso tenía sangre en la boca cuando fue asesinado junto con su hermano en la cárcel de Carthage.
Heber C. Kimball: Uno de los líderes tempranos de la Iglesia, Heber C. Kimball contrajo tuberculosis durante una misión en Inglaterra. A pesar de su enfermedad, continuó siendo un líder activo en la Iglesia hasta su muerte en 1868.
Parley P. Pratt: Otro líder temprano de la Iglesia, Parley P. Pratt contrajo tuberculosis durante una misión en el sur de Estados Unidos. A pesar de los problemas de salud que enfrentaba, Pratt siguió siendo un líder influyente en la Iglesia hasta su asesinato en 1857.
Estos son solo algunos ejemplos de los personajes importantes de la restauración de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días que sufrieron de tuberculosis. La enfermedad era común en esa época y afectaba a personas de todas las edades y antecedentes.