La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días suele ser reconocida por sus jóvenes misioneros con sus características placas adheridas al pecho, y también por sus edificios, que en cierta forma también colaboran en la obra misional al despertar la curiosidad cuando no la admiración de las personas.
En la Iglesia xisten básicamente dos tipos de edificios, las capillas y los templos. Las primeras son las que se pueden ver en prácticamente todas las ciudades del país, de diseño inconfundible. Allí los miembros se reúnen cotidianamente para distintas actividades eclesiásticas, culturales y recreativas. Incluso suelen estar equipadas con canchas múltiples para deportes (fútbol, básquet y vóley). Particularmente son importantes las reuniones dominicales, entre las que se destaca la Reunión Sacramental, parecida en algunos aspectos a la misa
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- Manzana del Templo
- Templo de Cordoba
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- Hall de entrada Templo de Buenos Aires
Temple Square is always beautiful in the springtime. Gardeners work to prepare the ground for General Conference. © 2012 Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved. | 1 / 2 |
En cambio, los templos son edificaciones especiales, con un propósito más específico. Se destacan de las capillas por ser notoriamente más grandes, con importantes jardines y un equipamiento interior de refinada belleza, lo cual tiene un significado singular: para los miembros de la Iglesia de Jesucristo, un Templo es un lugar santificado, la casa de Dios, una represenación terrena de donde habita la Deidad.
De allí la hermosura de sus diseños sin pretender suntuosidad, tanto en lo arquitectónico como en su mobiliario, teniendo en cuenta una serie de detalles que lo hacen un lugar especialmente concebido para el recogimiento y la meditación, de tal manera de fácilmente alcanzar una profunda espiritualidad. Algunos de estos detalles son, por ejemplo, la insonorización de sus distintos salones, los pisos completamente alfombrados y delicadamente mullidos. De esta manera se evitan sonidos que pudieran distraer a quienes se hallan orando por ejemplo.
Todo “esto está de acuerdo con el modelo establecido por el rey Salomón del Antiguo Testamento cuando edificó un templo para el Señor usando únicamente los mejores materiales y mano de obra. En la actualidad, aún seguimos este modelo, con la moderación apropiada, al construir los templos de la Iglesia”, explicó cierta vez Scott D. Whiting, líder de la Iglesia.
Testigos privilegiados
El actual presidente de la Iglesia, Thomas S Monson, afirmó sobre esta edificación tan especial: “Es en el Santo Templo donde se enseña el majestuoso plan de Dios”. Y añadió que es allí “donde se hacen convenios eternos. El templo nos edifica y nos exalta y es cual un faro que nos guía hacia la gloria celestial. Es la Casa de Dios, es un lugar de calma, de bondad, de amor y de luz”.
Una opinión de fuera de la Iglesia sobre estos lugares santos, puede ser la del Rabino Wayne Dosick, del Periódico Judío de San Diego, quien escribió lo siguiente: “Este templo, a pesar de haber sido construido con materiales terrenales, es un lugar que inspira emociones celestiales. Este templo mormón se vale de una arquitectura bellísima para crear un edificio que atrae la influencia divina… Les agradecemos el habernos recordado lo sagrado que puede ser un edificio” (“Open House Update”, San Diego Jewish Times, 20 de marzo de 1993).
Desde los primeros días de la organización de la Iglesia, cuando erigieron el Templo de Kirtland, en Ohio E.U.A, hasta nuestros días en los cuales el número de los mismos alcanza a 150 singulares construcciones, la belleza, el buen gusto y el uso de los mejores materiales, ha sido la constante respetando, en todos los casos, los colores que sobresalen dependiendo de las características y la geografía del país o región.
A fin de cumplir con sus propósitos divinos, el templo tiene que ser “dedicado al Señor”, momento hasta el cual el templo es sólo un edificio terrenal. Para esta ocasión, los mormones invitan al público en general de las ciudades donde son levantados, a conocerlo por dentro, haciendo un recorrido guiado por su interior. Esta práctica es conocida con el nombre de “Puertas abiertas”, hecho que sucedió recientemente con el remodelado Templo de Buenos Aires y en unos meses se repetirá con el Templo de Córdoba, segundo de la Argentina, al cual todos podrán visitar por espacio de una semana probablemente.
El Ángel Moroni
Al divisar un templo es posible que lo primero que capture la atención sea la “estatua” en lo alto del edificio. Hecha de bronce y recubierta de pintura dorada, representa al ángel Moroni, uno de los profetas, escritores y compiladores del Libro de Mormón. La estatua representa al ángel mencionado por Juan el Revelador cuando éste dijo con visión profética: “Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo”, y para los mormones está allí como recordatorio de la importancia de compartir el evangelio.
Son edificios que afectan positivamente el entorno en el que son erigidos. También inspiran un espíritu de reverencia que los transeúntes pueden apreciar de inmediato.
Con respecto a la belleza y propósito de los templos mormones, Kristen Stendahl (1921-2008), Decano Emérito de Teología de la Universidad de Harvard y Obispo de Estocolmo, señaló: “Considero que en cierta medida, el concepto que los mormones tienen del templo, restituye ese significado a la palabra ‘templo’ pues, con los mormones se ha recuperado esta práctica, es algo muy hermoso… me imagino a mí mismo tomando parte en un acto así, compartiendo las bendiciones que he recibido de Jesucristo, en una forma admirable de enlazar lo eterno con lo temporal… en cierto modo, en eso consiste el cristianismo”.
Con respecto al impacto que provocan estos edificios en las comunidades, no es raro que afecten positivamente el entorno donde se hallen. La experiencia en todo el mundo demuestra que los templos afectan de manera positiva al valor de las propiedades. Los templos de los Santos de los Últimos Días se construyen con los mejores materiales y la mejor mano de obra disponible. La belleza del jardín y todos los sectores del templo con su mantenimiento constante, generan de manera muy hermosa y minuciosa la preservación de un espíritu de reverencia que puede observar sentir cualquier persona que pase por fuera de uno de estos edificios.