Ante la gran demanda de vacunación producto de la crisis sanitaria provocada por el Covid-19; a lo que se suma ahora la necesidad de inoculación en contra de la Influenza, los hospitales y otras instalaciones similares no han dado abasto para recibir a todas las personas que buscan recibir las dosis respectivas. Es por ello que las autoridades de Salud de diferentes comunas y La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, han unido sus esfuerzos para facilitar el acceso de la población a las vacunas que tanto se requieren hoy en día.
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La iniciativa nace de las ya existentes buenas relaciones que la Iglesia mantiene con la comunidad y también con sus líderes gubernamentales. Es así, por ejemplo, que las autoridades de Salud de Providencia, ante la necesidad de contar con un espacio adecuado para atender la vacunación de los vecinos, se acercaron a las dependencias de la Iglesia en la comuna y plantearon su desafío. Dado que la Iglesia ya había recomendado esa posibilidad a las autoridades municipales, rápidamente se hicieron los arreglos necesarios para implementar la acción.
Respecto de este acuerdo, la doctora Claudia Vejar Pino, directora del CESFAM El Aguilucho, de Providencia, señaló: “Para poder lograr el objetivo de alcanzar una población importante y de dar una prestación, de darle las mejores condiciones con un lugar bonito asequible, cómodo; necesitamos trabajar con nuestra comunidad y aquí claramente se hace realidad lo que uno podría ver el papel”
Por su parte, María de la Luz Vásquez, quien recibió su vacuna en la capilla, comentó lo importante de trabajar unidos, diciendo: “Yo creo que esto permite una mayor interacción de la gente que vive en el sector y también conocer un poco más de la Iglesia, porque a la larga la Iglesia reúne a todos, sean mormones, evangélicos, católicos. La Iglesia al final es una sola.”
Algo similar sucedió con los municipios de San Bernardo y Talagante, donde los líderes locales de la Iglesia vieron la oportunidad de servir al prójimo al enterarse de la necesidad que tenían las autoridades comunales, concretando el mismo tipo de acuerdo.
En San Bernardo, la doctora Beatriz Gálvez Cuadra, directora del CESFAM Carol Urzúa, declaró: “es de vital importancia que nos vinculemos con la Iglesia de Jesucristo, con las corporaciones, con las fundaciones porque como Cesfam no podemos quedarnos encerrados esperando que la gente llegue a nosotros, tenemos que salir y la Iglesia de Jesucristo nos abre las puertas para poder atender a toda esta gente.”
Marco Vargas, presidente de la estaca San Bernardo, comentó lo siguiente en cuanto a este acuerdo: “Vimos la oportunidad de poder ayudar mediante un llamado que se nos hizo, y empezamos a trabajar fuertemente entonces para poder tener este centro vacunatorio, y esta vinculación la pudimos hacer posible gracias a la voluntad de muchas personas; pero lo más importante para nosotros es poder seguir el ejemplo de Jesucristo de estar sirviendo a la gente tanto temporal como espiritualmente.”
No muy lejos, en la comuna de Talagante, estaba sucediendo lo mismo, uno de los edificios de la Iglesia era facilitado por sus líderes al municipio, para que éste pudiera facilitar el proceso de vacunación a sus vecinos.
La doctora Karina Muñoz Navarrete, directora del Cesfam Talagante, expresó la importancia de trabajar unidos: “todos tenemos el mismo foco, ya que es la persona, el usuario; ya para nosotros nuestro foco central como institución de salud es el usuario, y la Iglesia como foco principal es ayudar a las personas.”
Por su parte, Iván Bilbao, presidente de la estaca Talagante, expresó sus sentimientos referentes a este esfuerzo conjunto con la municipalidad: “[Para] nosotros, como Iglesia, siempre yo he tenido la sensación y la seguridad de que, como líder de la Iglesia, mi rol y objetivo no es solamente predicar el evangelio a través de palabras, sino que también a través de acciones. El tiempo pasará en donde todo esto termine, y va a quedar marcado en el corazón de las personas que un día pude venir a vacunarme y visitar La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.”
Aunque quizás a más de alguno esto le pueda parecer novedoso, lo cierto es que la Iglesia y sus miembros llevan extendiendo una mano de ayuda a los gobiernos y a la comunidad, no sólo desde el inicio de la presente crisis sanitaria, sino que, desde su establecimiento en el país en la década de los 50.
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