Casi nueve mil jóvenes participan en el programa Para la Fortaleza de la Juventud en México

El programa Para la Fortaleza de la Juventud (FSY por sus siglas en inglés) consiste en cinco días de actividades musicales, sociales, devocionales y clases. Todos estos jóvenes permanecen fuera de casa día y noche durante esta semana, hospedándose en los lugares que la Iglesia ha diseñado especialmente para estos programas.

El objetivo de FSY es ofrecer a los jóvenes la oportunidad de conocer y convivir con otros, en un entorno seguro y con actividades especialmente planeadas para ayudarles a reforzar valores positivos. Los jóvenes que participan en FSY llegan a crear amistades significativas con otros jóvenes.

“La mayoría de las actividades se realizan en lo que llamamos un entorno espiritual”, dijo Juan Cárdenas, quien durante varios años estuvo fungiendo como coordinador del programa FSY en México. “Un baile, un espectáculo de variedades, una actividad recreativa al aire libre… todos van encaminados a despertar en ellos un verdadero interés y amor por las cosas buenas”.

En 2023 se llevaron acabo 16 programas FSY a lo largo del país. Se contó con la participación de casi 9 mil jóvenes. Para coordinar estos grupos tan grandes de jóvenes y asegurar que tuvieran la mejor experiencia, se contó además con el apoyo de aproximadamente mil 500 consejeros (supervisores de entre 18 y 30 años). Adicionalmente un equipo de más de 900 voluntarios se encargaron de la logística de las diferentes ediciones del FSY a lo largo y ancho del país.

Los FSY llevan una agenda con actividades programadas desde el amanecer hasta que los jóvenes se van a dormir de modo que aprovechan cada minuto del día. El resultado es que el programa logra su objetivo de fotalecer a los jóvenes, ante un entorno cada vez más duro e incierto. 

Cada año, el programa tiene un lema diferente. En 2023 el lema fue “Todo lo puedo en Cristo”[1]. “Muchos jóvenes pasan por desafíos, algunos emocionales, otros desafíos relacionados con la edad, desafíos con sus amistades, desafíos con su cuerpo... Entonces se han dado cuenta este año que ellos pueden vencer todos esos desafíos, buscando a Cristo y Su evangelio”.

Después de una semana de participar en el FSY los jóvenes se ven distintos. “El que llegó el lunes no es el mismo joven que regresa a casa el viernes. Los padres están contentos con los cambios que ellos tienen, -aunque sean temporales- y los jóvenes también están felices. Creo que esto genera mejores estudiantes, mejores adolescentes para la sociedad, mejores personas para la comunidad”, subraya Cárdenas.