Por Douglas K. Lemon
Mi esposa, Alice Mae, y yo estábamos sirviendo como misioneros mayores en Filadelfia, Pensilvania, EE. UU. Estábamos en el penúltimo mes de nuestra misión cuando la degradación de mis habilidades motoras llegó a ser muy difícil de ignorar. Siguiendo el consejo del médico y la enfermera de la misión, fui a un hospital local.
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Me hicieron un electrocardiograma y una tomografía computarizada. Luego me atendió una neuróloga. Me hizo más preguntas y ordenó más exámenes. Finalmente, para mi sorpresa, me dijo: “Señor Lemon, tiene la enfermedad de Parkinson”. No era el diagnóstico que esperaba y ciertamente tampoco lo deseaba, pero ¿qué podía hacer?
Cuatro fases
Eso fue hace dos años, y comenzó un proceso que desde entonces he agrupado en cuatro fases. Las comparto aquí con la esperanza de que puedan ser útiles para otras personas que estén lidiando con un diagnóstico no deseado. Estas son algunas de las cosas que he aprendido.
1. Aprender acerca de la enfermedad.
2. Adaptarse y redefinir las expectativas.
3. Lidiar con el sentimiento de pérdida y dolor.
4. Aprender de esta prueba.
Fuente: Revista Liahona de Agosto 2022
Cómo afrontar un diagnóstico no deseado (churchofjesuschrist.org)