Ciudad de México, 25 de mayo de 2025.- El élder D. Todd Christofferson, del Quórum de los Doce Apóstoles, participó en el devocional Amar, Compartir, Invitar, el cual se transmitió a toda el Área México y contó con la participación en vivo de miembros de la Iglesia del Estado de Hidalgo y del Norte del Valle de México.
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Temple Square is always beautiful in the springtime. Gardeners work to prepare the ground for General Conference. © 2012 Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved. | 1 / 2 |
Comenzó su mensaje felicitando a la presidencia del Área por el énfasis que están dando a la obra misional y por enseñar lo que los miembros de la iglesia pueden hacer para compartir el mensaje de la restauración del evangelio de Jesucristo y la congregación de Israel.
“Compartir nuestro amor por el Evangelio del Salvador puede brindar gozo tanto a nosotros como a los demás y al Salvador mismo …nos protege de la tentación, brinda la sanación y el perdón de los pecados”, dijo.
Citó la escritura de Doctrina y Convenios que dice: “…benditos sois, porque el testimonio que habéis dado se ha escrito en el cielo para que lo vean los ángeles; y ellos se regocijan a causa de vosotros, y vuestros pecados os son perdonados”[1]. Subrayó que son muchas las bendiciones que se reciben por compartir nuestro amor por el Salvador y Su evangelio.
“Quiero recalcar que amar, compartir, invitar no es un programa nuevo de la Iglesia”, y recordó las palabras del élder Gary E. Stevenson del Quórum de los Doce Apóstoles quien señaló que estas tres cosas no son más que “una mera extensión de lo que ya somos como discípulos de Jesucristo”[2], es una forma de vivir, es lo que ocurre normalmente en la vida de los discípulos de Jesucristo: amar compartir, invitar.”
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También enfatizó que es una manera de guardar nuestros convenios con Dios y reforzó este concepto mediante las palabras del Salvador a los nefitas cuando dijo: “Alzad, pues, vuestra luz para que brille ante el mundo. He aquí, yo soy la luz que debéis sostener en alto…”[3].
“Ese es nuestro deber, nuestra oportunidad, es lo que significa ser discípulo de Jesucristo: alzar la luz de Él en nuestra vida, mostrando por nuestra manera de ser, por nuestro comportamiento, por nuestras palabras, por nuestras acciones, todo lo relacionado con nuestro ser; todos a nuestro alrededor deben ver algo de Él, algo del mismo Señor”, indicó el élder Christofferson quien dio su mensaje en español.
“El fruto natural de nuestro deseo como sus discípulos de Cristo es lo que el profeta Mormón dijo en cuanto a la caridad, que es el amor puro de Cristo y permanece para siempre y a quien la posea en el postrer día, le irá bien”[4].
“La caridad es un don espiritual. Podemos recibirlo como discípulos, pero tenemos que pedirlo, de hecho, se nos manda pedir el amor puro de Cristo por medio del Espíritu Santo. Este amor puro de Cristo es un don espiritual y por motivo de este amor es que podemos compartir e invitar. Al hacerlo, los demás podrán sentir que este es un deseo sincero, motivado por el amor.”
Elder Christofferson compartió algunos videos para ilustrar formas naturales y sencillas de compartir el Evangelio de Jesucristo mediante ejemplos de la vida cotidiana de miembros de la Iglesia.
“Hay miles de maneras que podemos compartir e invitar a partir del amor que sentimos”, y ejemplificó con el relato de Andrés, uno de los discípulos de Juan el Bautista, que siguió a Jesús y luego le compartió a Simón su hermano: “Hemos hallado al Mesías”[5].
Presentó también otro video de algunos líderes de la Iglesia que narran cómo fueron invitados a la Iglesia. También advirtió que, aunque no todas las personas aceptarán una invitación, el hecho de invitar ya es en sí mismo un éxito.
“Deseo enfatizar que es un comportamiento natural, un fruto natural del amor puro de Cristo: compartir e invitar. Las personas pueden decidir si aceptan o no, pero hay gozo en compartir. No debemos tener miedo ni vergüenza. Tenemos la verdad, tenemos la salvación y la gente no puede encontrar la salvación en ningún otro lugar, aquí está el sacerdocio, los convenios y las ordenanzas; aquí está el evangelio en su plenitud; aquí está el reino de Dios sobre la tierra… y siendo tan pocos nosotros, la invitación de cada uno importa. Les invito a ofrecer como discípulos de Cristo la misma oportunidad que nosotros disfrutamos a diario”, puntualizó.
Un momento único en la historia
Al iniciar el programa el élder Sean Douglas, de la presidencia de área reflexionó en lo que está sucediendo ante nuestros ojos. “Ruego que no pasemos por alto la majestuosidad de este momento. El Señor ciertamente está apresurando su obra. Verdaderamente estamos viviendo en tiempos asombrosos y únicos en la historia del mundo y en la historia de la iglesia. Estamos viviendo dentro del cumplimiento de lo que profetas antiguos han profetizado durante mucho tiempo: el recogimiento de Israel y la preparación para la Segunda Venida de nuestro Señor Jesucristo”.
El élder Douglas también se refirió a la alegoría del olivo -que se encuentra en el Libro de Mormón- y compartió su testimonio de que el Señor de la viña está laborando hoy aquí con sus siervos.
La hermana Montoya habló de cómo se unió a la iglesia gracias a las personas que “le amaron lo suficiente para invitarle” a conocer el evangelio.
Elder Montoya mencionó que tenemos el deseo natural de amar a los demás porque somos hijos de un mismo Padre. “Él se preocupa por todos sus hijos y quiere que todos regresen a casa”. Cuando compartimos la doctrina de Cristo, estamos demostrando amor por nuestro hermano”.
Elder Montoya también invitó a todos los miembros y líderes a usar la herramienta de Actividades de la Iglesia para compartir con amigos, vecinos y familiares. Indicó que esta es una manera sencilla de amar, compartir e invitar que se adapta a los tiempos en los vivimos donde podemos enviar de manera virtual esta información.
“Planea actividades, envía la invitación y acoge con amor”, enfatizó, “invitamos a todos los presidentes y obispos; y a todos los líderes a que puedan usar esta sencilla herramienta para compartir sus actividades y que las personas en México conozcan a fin de que ellos se sientan invitados”.
También destacó el papel de los Centros de Desarrollo en los que la Iglesia comparte todo el edificio durante los días que nos hay servicios para convertirlos en centros comunitarios donde los miembros de la comunidad pueden encontrar cursos, herramientas y otros recursos para ser autosuficientes, tener mejor salud y desarrollar nuevas habilidades.