Nota de prensa

Correr con fe

El medallista de oro paralímpico Jason Smyth comparte cómo trabaja arduamente y confía en Dios

En Irlanda del Norte, la campiña es esplendorosamente verde y fértil, nutrida por hermosos ríos y lagos, pero, a veces, cuando se asienta la niebla costera, hasta la misma gente de la localidad pierde de vista los puntos de referencia. En tales momentos recuerdan que tener fe es creer en cosas que no podemos ver.

Jason Smyth, quien vive en las afueras de Belfast con su esposa y dos hijas, por mucho tiempo ha creído en cosas que no puede ver plenamente. Jason es un corredor de renombre mundial, considerado el hombre más veloz en la historia de Irlanda del Norte, pese a padecer de disfunción visual. Jason permanece invicto tras 17 años de competiciones paraolímpicas, habiendo ganado 21 medallas de oro, y marcado récords mundiales en carreras de 100 y de 200 metros llanos.

Todo comenzó cuando un profesor de la secundaria vio en él algo que Jason no veía en sí mismo.

Jason Smyth: Cuando cursaba la secundaria, un profesor me animó para que empezara a hacer deporte. Para ser sincero, no estaba interesado, pero igual decidí ir, y eso cambió el curso de mi vida. Ciertamente no me encontraría donde estoy hoy de no haber sido por aquel profesor. Nunca debemos subestimar la influencia que otra persona puede tener en nosotros.

Lloyd Newell: Al viajar y entrenar alrededor del mundo, Jason ha aprendido otras importantes lecciones sobre cosas mucho más importantes que correr velozmente.

Jason Smyth: Mi consejo es que vayamos tras nuestros sueños. Siempre habrá razones para no hacerlo, pero, a menos que lo intentemos, jamás estaremos seguros. Ese mismo ejemplo doy a mis hijas, porque prefiero que me vean tratar y fracasar, que no me vean siquiera intentar.

Lloyd Newell: El valor de seguir tratando cuando el camino es incierto, el anhelo de perseguir aquello que está fuera de nuestra vista, a eso se le llama fe, y Jason atribuye gran parte de su éxito en la pista y en la vida a su fe.

Jason Smyth: Siempre hago una oración antes de una carrera, y creo que mi fe es uno de mis mayores atributos y la razón de mis éxitos. Para mí, el éxito y la fe, así como mis valores personales, están íntimamente relacionados entre sí.

Trabajo duro, pero también confío en Dios. Es ese conocimiento el que me permite saber que todo saldrá bien, si hago lo mejor que puedo en todo momento.

Fuente: Música y Palabras de Inspiración (Music and the Spoken Word)

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