Esta época de festividades especiales está caracterizada por lo que uno da. A menudo, los niños piensan en lo que habrán de recibir pero, con el tiempo, descubren que la verdadera dicha nace del dar, en especial cuando damos sin pensar en lo que recibiremos a cambio. Bien podría decirse que el dar es la fuente de la verdadera felicidad, pues nos llena del espíritu real de la Navidad.
La santa Madre Teresa contó una historia de ese tipo de dádiva. Un día se enteró de una familia de ocho niños que llevaba días sin comer. “Decidí ir a verles y llevarles algo”, dijo. “Cuando llegué vi los rostros de los niños desfigurados por el hambre. Le entregué el arroz a la madre; ella lo dividió en dos partes y salió con una de ellas. Cuando regresó a la casa le pregunté a dónde había ido, a lo cual sencillamente respondió que había llevado arroz a sus vecinos quienes también estaban hambrientos”.
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Temple Square is always beautiful in the springtime. Gardeners work to prepare the ground for General Conference. © 2012 Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved. | 1 / 2 |
¿Debería ser eso lo que la Navidad nos inspira a todos a hacer —a notar las necesidades de los demás y dar lo que podamos? Después de todo, en esta época celebramos el nacimiento de un niño que llegó a ser el ejemplo supremo de la generosidad, dando Su misma vida en un asombroso acto de gracia.
Nuestras comunidades están llenas de gente abnegada que a menudo deja la comodidad de su hogar para ir a prestar servicio a otras personas, sabiendo que ellas no están en condición alguna de retribuir su gesto. Y ¿quién da más con menos intenciones de recibir que todas esas sacrificadas madres, y todos esos nobles padres que ofrecen todo de sí por sus familias?
Hay quienes creen que el éxito se halla en recibir más de lo que dan, pero quienes dan más —aun cuando eso signifique recibir menos— habrán alcanzado un grado de éxito que no se logra de ningún otro modo. Más aún, habrán descubierto el verdadero espíritu de la Navidad al emular a aquel cuyo nacimiento celebramos, el que dio Su propia vida para que pudiéramos vivir.
Fuente: Música y Palabras de Inspiración (Music and the Spoken Word)