Nota de prensa

De milagros y ejemplos

La gente común está haciendo cosas maravillosas en todo el mundo

¿Alguna vez ha sentido que necesitaba un milagro? En medio de calamidades globales y locales, compartidas y privadas, desearíamos poder cambiar el mundo, o al menos una pequeña parte de él. Pero los grandes problemas pueden hacernos sentir pequeños, impotentes para ayudar.

¿Qué podemos hacer cuando parece que se necesitaría un milagro para marcar la diferencia? Tal vez la respuesta esté en algo que el teólogo y médico Albert Schweitzer dijo una vez: "Haz algo maravilloso, la gente puede imitarlo".

El hecho es que la gente común está haciendo cosas maravillosas en todo el mundo. En Argentina, los voluntarios están cosechando las naranjas que crecen en las calles públicas para hacer mermelada para las personas necesitadas en su comunidad. En México, personas compasivas están entregando arroz y frijoles a los hambrientos. Y en Inglaterra, los voluntarios están enseñando inglés a los inmigrantes, ayudándoles a prepararse para el éxito en su nuevo hogar. El ejemplo de servir a los demás se está popularizando y extendiéndose por todo el mundo.

¿Qué podría pasar si intentara hacer algo pequeño y maravilloso? Hay una buena posibilidad de que su amabilidad, su generosidad de espíritu o simplemente su disposición a ayudar pueda extenderse más allá de la persona que se propuso bendecir, también puede tocar a otros en su familia, entre sus amigos y en su comunidad. Así como una semilla se convierte en algo mucho más grande que ella misma, su acto de bondad podría hacer una diferencia mucho mayor de lo que esperaba. Eso sería un milagro.

Cuando nos negamos a enredarnos en una pelea en línea, cuando dejamos de hacer lo que estamos haciendo y escuchamos a alguien que está ansioso o angustiado, cuando nos acercamos a alguien que está solo, cuando decimos algo alentador o esperanzador, cualquier acto de bondad puede ser contagioso. Incluso una sonrisa y un cumplido pueden hacerse populares. Y una vez que las personas intentan ser amables, a menudo se sienten tan bien que continúan. Nunca sabemos realmente cuán extenso puede ser cada uno de estos pequeños actos de amor.

Dios es un Dios de milagros. A menudo interviene para bendecir a Sus hijos. Y puede ser que el próximo milagro que Él tiene en mente comience con usted. Entonces, cuando se encuentre pensando que se necesitaría un milagro para cambiar el mundo para mejor, considere ser ese milagro.

Fuente: Música y Palabras de Inspiración (Music and the Spoken Word)

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