Nota de prensa

De motas y vigas

Dios es el único juez perfecto, el único que ve tanto motas como vigas

En un tribunal de justicia, un juez es alguien que ha sido elegido o designado para dictar sentencia, en función de sus calificaciones y sabiduría. En el tribunal de la vida cotidiana, a menudo decidimos convertirnos en jueces autoproclamados, incluso si no estamos calificados o no somos sabios. Eso puede estar bien cuando se trata de decisiones personales sobre qué hacer y cómo vivir. Pero se convierte en un problema cuando empezamos a juzgar a otras personas.

El problema es que no vemos con claridad. Jesucristo hizo esta pregunta penetrante: "¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, pero no consideras la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacarte la paja del ojo? ¿Y he aquí que hay una viga en tu propio ojo? Hipócrita, echa primero la viga de tu propio ojo; y entonces verás bien para echar la paja del ojo de tu hermano" (Mateo 7:3-5).

Dios es el único juez perfecto, el único que ve tanto las motas como las vigas. Solo Él conoce los antecedentes, las intenciones, las acciones y el corazón de cada persona. En cuanto al resto de nosotros, si realmente queremos ayudar a los demás con algo tan pequeño y superficial como una mota o una mota de polvo, el mejor lugar para comenzar es quitando la viga, la madera larga y gruesa, que bloquea nuestra propia visión. A menos que consigamos ese orden correcto, hacemos más daño que bien. El líder religioso, el Elder Marvin J. Ashton, dijo sabiamente: "La paz sólo puede venir si resistimos el pasatiempo dañino de juzgar" (véase "Inmediatamente", Liahona, mayo de 1983).

Esa paz viene tanto en esta vida como en la próxima, porque el Señor también dijo: "Con el juicio con que juzguéis, seréis juzgados; y con la medida con que medís, se os volverá a medir" (Mateo 7:2). En otras palabras, la vara de medir que usamos para juzgar a los demás algún día se usará para medirnos a nosotros. Cuando llegue ese día, sabiendo que no hemos estado a la altura, seguramente todos esperaremos misericordia. Así que es útil si la misericordia no ha sido un completo desconocido para nosotros.

Mientras tanto, haríamos bien en abstenernos de juzgar. Y cuando tenemos que juzgar, ya que la visión limitada nos impide juzgar con justicia, al menos podemos juzgar misericordiosamente.

Fuente: Música y Palabras de Inspiración (Music and the Spoken Word)

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