Nota de prensa

Delegación mexicana participa en Simposio de libertad religiosa en Guatemala

Por Michelle López

El pasado 7 de marzo se llevó a cabo el Simposio Latinoamericano de Libertad Religiosa en la ciudad de Guatemala, el cual fue inaugurado por Alejandro Giammattei, presidente de la República de Guatemala.

En este simposio se expresaron puntos de vista con respecto a los derechos humanos, específicamente la libertad religiosa y la dignidad humana en Latinoamérica. Se habló sobre las responsabilidades y limitaciones que existen en el derecho de la Libertad Religiosa en contraste con la Libertad de Conciencia. También se analizó el pluralismo basado en el respecto como proyección para la paz, seguridad y armonía en la sociedad.

A dicho evento asistió una delegación mexicana con las participaciones de Jorge Basaldúa, director general de Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación; José Ignacio Cuevas, académico de la Universidad Iberoamericana y especialista en diversidad y discriminación religiosa, y Estado laico; Jimena Esquivel Leáutaud, directora de Respeto y Tolerancia a la diversidad Religiosa para la Construcción de Paz, en la Dirección General de Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación; Javier Saldaña, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México; José Luis Calderón, director general de política pública de derechos humanos en la Subsecretaría de Derechos Humanos, Población y Migración, de la Secretaría de Gobernación.

El rol del Estado en la protección de la Libertad Religiosa

Jorge Eduardo Basaldúa, expuso el tema “El rol del Estado en la protección de la Libertad Religiosa” y enfatizó que la Libertad Religiosa debe traducirse en una práctica política que vigile que no sea ejercida ninguna discriminación en contra de seres humanos en el ejercicio de sus derechos, particularmente de sus derechos ciudadanos. “La laicidad se cumple cuando se armonizan estos tres principios: respeto a la libertad de conciencia y su práctica individual y colectiva; autonomía de lo político y de la sociedad civil frente a las dogmas religiosas y filosóficas particulares; y no discriminación directa o indirecta hacia seres humanos” puntualizó el responsable de las relaciones con las asociaciones religiosas y el Gobierno de México.

“Resulta necesario estar atentos para que la laicidad no tome aspectos de religión civil; esto exige que no sea concebida como una ideología anti-religiosa”, puntualizó.

Por su parte José Ignacio Cuevas, de la Universidad Iberoamericana habló sobre “La identidad religiosa y la protección de espacios observando las limitaciones” y señaló que “México es un país diferente en términos jurídicos y en conformación del Estado; sin embargo, somos un país religioso a partir del contexto histórico, como todos los otros países latinoamericanos. Recordemos que el estado laico no está peleado con la religión; de hecho, gracias a la neutralidad del Estado, se puede gozar de una plena libertad religiosa”.

“Para comprender mejor la complejidad que tiene el ámbito religioso, es importante separarlo en sus respectivos componentes como lo son sus libertades: pensamiento, asociación, culto y manifestación. Actualmente a México se le considera un país laico en el cual gobiernan civiles, las leyes son estipuladas por civiles, no hay religión oficial, hay libertad de culto y no hay apoyo específico a ciertas religiones o asociaciones religiosas. Este es un tipo de gobierno que está instituido también en Francia y Estados Unidos de Norteamérica”.

La libertad religiosa como componente de la paz social

Al advertir que “debemos tener cuidado de que las religiones no sean provocadoras de odio, división o guerra”, Jimena Esquivel, enfatizó el papel de la religión “como constructoras de paz; esto es… cuando incluyen, cuando ven a su opuesto como una oportunidad de construir puentes y logran vincular su ideología con los derechos humanos. La libertad religiosa es incluir a todos, incluso los que no son creyentes o que pertenecen a instituciones cristianas”.

Explicó mediante un caso de estudio en México, que los líderes religiosos tienen poder de convocatoria, legitimidad, llegan a donde otros grupos -incluidos los gobiernos- no llegan. “Ellos son capaces de convocar y de sentar en una misma mesa a actores que generalmente no se sientan a dialogar; y lograron hacer conversatorios y programas para hacer propuestas para crear comunidad, paz y entretejer el tejido social”, dijo.

Javier Saldaña, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México, enfatizó durante su ponencia sobre “Restricciones a la protección de la libertad religiosa en el sistema Americano de Derechos Humanos”, que “es necesario que los padres sean libres de educar a sus hijos respecto a lo que sus conciencias dicten”.

“En México existe una educación contraria a las creencias de cada religión; pareciera que se necesita un órgano que enmarque las pautas de qué características deberían tener los docentes elegidos por las iglesias para impartir las clases de religión en función de lo que el órgano internacional en cuestión considere que es lo mejor para la protección de los derechos de los niños y de los padres.”

José Luis Calderón, expuso que en México los derechos humanos están explícitamente reconocidos en la Constitución incluyendo aquellos que están regulados por tratados internacionales de los que México forma parte.

Además, se especifican las obligaciones de todas las autoridades de los tres órdenes de gobierno para promover, proteger, respetar y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, indivisibilidad, interdependencia y progresividad.

Así en México los derechos humanos tienen vigencia para todas las personas sin distinción alguna, pues está prohibida la discriminación por cualquier característica que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertad de las personas por cuestiones religiosas.

A partir de este evento, se ha logrado una mejor relación entre la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y el Gobierno de México, para continuar colaborando en proyectos que beneficien a la sociedad y permitan la libre práctica de la religión.

Nota sobre la Guía de Estilo:Al publicar noticias o reportajes sobre La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, tenga a bien utilizar el nombre completo de la Iglesia la primera vez que la mencione. Para más información sobre el uso del nombre de la Iglesia, visite nuestraGuía de estilo.