Nota de prensa

Desear el bienestar de los demás

¿Pueden los pequeños gestos, como dar a los demás el beneficio de la duda, ser más lentos para juzgar y desearles el bien de verdad, ayudar a cambiar el mundo?

Todos deseamos hacer del mundo un lugar mejor. Es solo que asumimos que los grandes problemas requieren grandes soluciones, y nuestros esfuerzos parecen tan pequeños. Pero, ¿qué pasaría si, en lugar de estar paralizados pensando en lo que no podemos hacer, cada uno eligiera algo simple que podemos hacer?

Por ejemplo, ¿qué pasaría si decidiéramos dar a los demás el beneficio de la duda, ser más lentos para juzgar y desearles lo mejor de verdad? ¿Podría una simple elección como esa hacer mella en la confusión, la contención y la ira que nos rodean? ¿Podría elevar nuestros pensamientos, acciones e interacciones a un nivel más alto y sagrado de alguna manera elevar al mundo entero?

Aquí hay algunos ejemplos de personas que intentan hacer precisamente eso: un hombre dice una oración silenciosa cada vez que escucha o ve que alguien está sufriendo. Incluso si no es capaz de ofrecer ayuda directa, humildemente le pide a Dios que intervenga a favor de esa persona. Puede que no parezca mucho, pero es sincero y oportuno.

Una mujer busca continuamente lo bueno en los demás, incluso cuando es difícil de encontrar. Cuando escucha a un orador que algunos pueden encontrar aburrido, presta mucha atención, ofreciendo aliento no verbal. Cuando es desairada por alguien, considera lo que podría estar sucediendo en la vida de esa persona para que actúe de esa manera. Este enfoque siempre conduce a la compasión, y ella elige no tomar represalias.

Del mismo modo, otra mujer se fijó la meta de ser más paciente. Se recuerda a sí misma su objetivo cada mañana, y a lo largo del día se encuentra en situaciones que ciertamente requieren paciencia. En lugar de resentirse por esos momentos, da gracias por la oportunidad de mejorar.

¿Realmente esos pequeños gestos cambian el mundo? Sí, lo hacen, porque cambian a las personas, y las personas son las que componen el mundo. Puede que el cambio no ocurra de la noche a la mañana, pero sucede, momento a momento, día a día, un corazón ablandado y una relación sanada a la vez. Un crecimiento positivo, un desarrollo alentador, un esfuerzo prometedor siempre es mejor que nada.

Hace mucho tiempo, el apóstol Juan expresó ese tipo de pensamiento positivo: "Amado, deseo sobre todas las cosas que seas prosperado y tengas salud" (3 Juan 1:2). Ofrezcamos esa misma esperanza, esa misma oración, animándonos unos a otros y, eventualmente, al mundo entero.

Nota sobre la Guía de Estilo:Al publicar noticias o reportajes sobre La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, tenga a bien utilizar el nombre completo de la Iglesia la primera vez que la mencione. Para más información sobre el uso del nombre de la Iglesia, visite nuestraGuía de estilo.