Actualmente, el Día de los Trabajadores se ha convertido en una efeméride festiva, pero esta fecha rinde homenaje a aquellos que lucharon por una vida digna para todos los trabajadores.
Los orígenes del Día Internacional de los Trabajadores se remontan al año 1886, en Estados Unidos. En esa época los trabajadores iniciaron una lucha para reducir la jornada laboral a 8 horas. El único límite que existía era el no hacer trabajar a una persona más de 18 horas sin causa justificada.
En honor a la lucha por la jornada laboral de 8 horas, el 1 de mayo se celebra el Día del Trabajo o Día de los Trabajadores.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días, en su texto Para la Fortaleza de la Juventud enseña: El trabajo es honorable. Desarrollar la capacidad para trabajar hará que pueda contribuir al mundo en el que vive; le dará un sentido más grande de autoestima. Le bendecirá y a su familia, tanto ahora como en el futuro.
El aprender a trabajar comienza en el hogar. Ayude a su familia participando de buena voluntad en el trabajo que se necesita para mantener un hogar. Aprenda a temprana edad a administrar prudentemente el dinero y a vivir dentro de sus medios.
Una de las bendiciones del trabajo es la de cultivar la autosuficiencia. Cuando se es autosuficiente, se utiliza las bendiciones y aptitudes que Dios ha dado para cuidar de uno mismo y de su familia, y para encontrar soluciones a sus propios problemas. La autosuficiencia no significa que uno pueda hacer todo solo. Para ser verdaderamente autosuficiente, debe aprender a trabajar con los demás y dirigirse al Señor para pedir Su ayuda y fortaleza.