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- La estaca Chorrillos de la Iglesia de Jesucristo ha realizado en el distrito actividades de servicio con su programa de voluntariado Manos que Ayudan, como la limpieza de las playas Pescadores y Agua Dulce
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Temple Square is always beautiful in the springtime. Gardeners work to prepare the ground for General Conference. © 2012 Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved. | 1 / 2 |
Cada 26 de enero se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental con un firme propósito de generar conciencia entre los gobiernos y la ciudadanía para conservar y proteger nuestro medio ambiente.
Es fundamental cuidar los recursos naturales de nuestro planeta para que las futuras generaciones puedan disfrutar y vivir en un mundo mejor.
En La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, se realizan esfuerzos por preservar los recursos naturales como los que realizan los voluntarios de “Manos que ayudan”, quienes desde hace varios años realizan actividades de limpieza en playas, ríos, lagunas, y otros ambientes naturales en coordinación con autoridades locales y organizaciones especializadas en el tema.
¿Cuál es el enfoque de la Iglesia con respecto al medio ambiente?
Una palabra clave para entender nuestro punto de vista sobre el medio ambiente es mayordomía. No significa que las personas sean dueñas de la Tierra y que puedan abusar de ella a su antojo, sino que somos responsables de cómo utilizamos sus recursos (véase Doctrina y Convenios 104:13–15). A pesar de que “hay suficiente y de sobra” (Doctrina y Convenios 104:17), Dios quiere que utilicemos los recursos de la tierra con juicio (véase Doctrina y Convenios 59:20).
Dios creó la Tierra y declaró que Su creación fue “buena en gran manera” (véase Génesis 1:1, 31). La Tierra fue creada para albergar a los hijos de Dios como parte de Su plan de salvación. La Tierra en sí será santificada y recibirá una gloria celestial (véase Doctrina y Convenios 88:18–19).
Dios hizo que la Tierra no solo fuera útil, sino también bella. Las cosas de la Tierra “son hechas para el beneficio y el uso del hombre, tanto para agradar la vista como para alegrar el corazón”, al igual que “para vigorizar el cuerpo y animar el alma” (Doctrina y Convenios 59:18–19).
Para honrar a Dios debemos apreciar Sus creaciones, expresar gratitud por ellas y esforzarnos por mantenerlas bellas. Debemos conservar recursos, proteger la naturaleza y evitar la contaminación y el desperdicio.