La universidad más antigua de toda Asia se estableció hace más de 400 años en Manila, Filipinas. La Universidad de Santo Tomás lleva el nombre del renombrado sacerdote dominico Tomás de Aquino, un venerado teólogo y filósofo. Esta universidad es la universidad católica más grande del mundo en un solo campus, y se erige como un hermoso monumento a una larga devoción a la educación.
Parece apropiado que esta impresionante universidad, tan profundamente arraigada en la historia de Filipinas, también tenga raíces religiosas. Definitivamente hay algo piadoso en la educación, en la enseñanza y el aprendizaje, en la expansión de la mente y la profundización de la comprensión.
Se ha dicho que "la educación es la llave que abrirá la puerta de la oportunidad" ("Deja que la virtud engalane tus pensamientos incesantemente", por el presidente Gordon B. Hinckley, Liahona, mayo de 2007, pág. 116). Y esa puerta no es solo académica o financiera; también es espiritual. Crecer en conocimiento y verdad es acercarse un poco más al Dios omnisciente de la verdad. Cumplimos Su propósito en nuestras vidas, al menos en parte, al convertirnos en aprendices de por vida cuya educación nunca termina.
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El aprendizaje es tan eterno como Dios mismo, y bendice tanto la mente como el espíritu, el cerebro y el corazón. A lo largo de los cuatro siglos transcurridos desde la fundación de la Universidad de Santo Tomás, la gente ha asumido con demasiada frecuencia que existe un conflicto entre el estudio y la fe. Pero la educación para la eternidad se recibe "por el estudio y también por la fe" (véase Doctrina y Convenios 88:118; cursiva agregada). No tenemos que dejar nuestra fe en la puerta de la escuela o nuestra razón en la puerta de la iglesia. Necesitamos ambas cosas.
El presidente Russell M. Nelson, renombrado cirujano cardíaco y presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, explica: "No hay conflicto entre la ciencia y la religión. El conflicto solo surge de un conocimiento incompleto de la ciencia o de la religión, o de ambas" (Presidente Russell M. Nelson, "La Fe y la ciencia, por Jamie Jensen, Impact, 26 de julio de 2022, lifesciences.byu.edu). Por el estudio y la fe, por el trabajo escolar y el trabajo del alma, obtenemos conocimiento con valor eterno. Si usamos ese conocimiento para ayudar a los demás, la alegría de nuestro descubrimiento se expande.
Cuando el Señor Jesucristo invitó a los que "están trabajados y cargados" a venir a Él, añadió: "Aprended de mí; … y hallaréis descanso para vuestras almas" (Mateo 11:28-29; véase también Doctrina y Convenios 19:23). Esa es una educación de la más alta clase. Es una educación de la luz y de la verdad, de la cabeza y del corazón, una educación que durará para siempre.
Fuente: Música y Palabras de Inspiración (Music and the Spoken Word)