Cuando miramos una semilla, vemos más que una semilla. Sabemos su potencial para convertirse en un poderoso árbol y comenzar a producir frutos. No nos molesta que este proceso pueda llevar décadas o que el crecimiento sea lento, casi imperceptible. Sabemos que una semilla no debe seguir siendo una semilla.
Cuando miramos una vida humana, incluida la nuestra, ¿qué vemos? La vida no se trata solo de envejecer. Ninguno de nosotros está destinado a permanecer para siempre como somos ahora. Al igual que una semilla, estamos destinados a convertirnos en algo más grande. Fuimos creados para el crecimiento, la mejora y la progresión. Y por esa razón, tenemos un anhelo innato de alcanzar algo más alto.
Por supuesto, puede llevarnos tiempo desarrollarnos en nuestro mejor ser, la persona que realmente queremos ser. Cometemos errores en el camino; Enfrentamos incertidumbres y ambigüedades. Experimentamos miedo y fe, gozo y angustia, creencia e incredulidad. Nos parecemos mucho al padre lloroso que le dijo a Jesús: "Creo; ayuda mi incredulidad ”(Marcos 9:24). Pero esto no debería desanimarnos, porque el crecimiento auténtico es mejor cuando nosotros, como ese padre, admitimos lo que nos falta y buscamos la ayuda del cielo.
- Cuando miramos una semilla, vemos más que una semilla. Sabemos su potencial para convertirse en un poderoso árbol y comenzar a producir frutos
- Fuimos creados para el crecimiento, la mejora y la progresión. Y por esa razón, tenemos un anhelo innato de alcanzar algo más alto.
- Enfrentamos incertidumbres y ambigüedades. Experimentamos miedo y fe, gozo y angustia, creencia e incredulidad.
- La vida es una caminata larga en un camino largo, pero ayuda tener una visión de hacia dónde conduce ese camino
- Él es "el camino, la verdad y la vida" (Juan 14: 6). Nos muestra el camino de la bondad, el perdón, el coraje y la compasión. Nos ofrece la verdad sobre quiénes somos y por qué estamos aquí
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Sí, la vida es una caminata larga en un camino largo, pero ayuda tener una visión de hacia dónde conduce ese camino. Reflexionar sobre el propósito de la vida, leer las escrituras y obedecer la ley divina puede proporcionar esa visión y guiar nuestro curso. Aprender de la vida de hombres y mujeres ejemplares puede ayudarnos en el camino.
En última instancia, hay alguien a quien podemos mirar, alguien en quien podemos confiar con todo nuestro corazón. Él es "el camino, la verdad y la vida" (Juan 14: 6). Nos muestra el camino de la bondad, el perdón, el coraje y la compasión. Nos ofrece la verdad sobre quiénes somos y por qué estamos aquí. Él nos promete una vida abundante, no solo la vida aquí en la tierra, sino la vida eterna con Él. Para esto fuimos creados, para ser, en un proceso de tiempo, más como Él.
Ese es el camino, la verdad y la vida. Y así, recordando que es un milagro que algo tan pequeño como una semilla se convierta en algo tan grande como un árbol, le ofrecemos al Señor esta sincera súplica: "Que seamos más como Tú".
Fuente: Música y Palabras de Inspiración (Music and the Spoken Word)