Nota de prensa

El destino divino de nuestros hijos

Cuatro maneras en que los padres pueden ayudar a sus hijos a aprender acerca de Jesucristo y a reconocer lo divino que hay en ellos.

Por el Dr. W. Justin Dyer, Universidad Brigham Young

A menudo, se les pregunta a los niños: “¿Qué quieres ser cuando seas mayor?”. En la vida preterrenal, si se nos hubiera hecho una pregunta similar, nuestra respuesta podría haber sido, simplemente: “Quiero ser como nuestros padres celestiales”.

A menudo, la crianza de los hijos tiene que ver con la hora de acostarse y de bañarse, la enseñanza y las rabietas, corregir y consolar. Sin embargo, quizás podamos retroceder un momento y ver nuestra función de padres desde una perspectiva más amplia, recordando la naturaleza divina de nuestros hijos —que ellos también son hijos de Dios— y que tienen un destino divino, incluso llegar a ser como Dios algún día (véase Doctrina y Convenios 132:20).

El presidente Dallin H. Oaks, Primer Consejero de la Primera Presidencia, enseñó: “Nuestra teología empieza con padres celestiales, y nuestra aspiración más elevada es lograr la plenitud de la exaltación eterna” y cada uno de nosotros tiene ese potencial divino. En “La Familia: Una Proclamación para el Mundo” se afirma: “Todos los seres humanos, hombres y mujeres, son creados a la imagen de Dios. Cada uno es un amado hijo o hija procreado como espíritu por padres celestiales y, como tal, cada uno tiene una naturaleza y un destino divinos”.

Los padres pueden ayudar a los hijos a transitar y a tener éxito en su camino para llegar a ser como Dios. Sin embargo, para llegar a ser más como Él, nuestros hijos primero deben aprender más acerca de cómo es Dios. Una de las razones por las que Jesucristo vino a la tierra fue para ayudarnos a entender a nuestro Padre Celestial. Como dijo el Salvador: “Yo y el Padre uno somos” (Juan 10:30); “El que me ha visto, ha visto al Padre” (Juan 14:9). Para llegar a ser como Dios, nos volvemos al Salvador, aprendiendo de Él.

Estas son cuatro cosas que podemos hacer para ayudar a nuestros hijos a aprender quién es Jesucristo y, por lo tanto, a llegar a conocer a su Padre Celestial:

  1. Enseñarles a confiar en los apóstoles y profetas del Salvador.
  2. Enseñarles a actuar con fe.
  3. Enseñarles la importancia de la revelación.
  4. Ejemplificar las cualidades del Salvador.

Fuente: Revista Liahona de Abril 2024

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