Los jóvenes disfrutaron de una tarde de cine, comida, juegos, baile y testimonios. Compartieron las experiencias que han tenido al procurar vivir el Evangelio y cómo han cambiado sus vidas después de aceptarlo. Un espacio en el que se buscó inspirar a los asistentes a obrar correctamente.
Ana María Martín, líder de los jóvenes adultos, testificó: “La actividad fue un momento muy especial ya que nuestros invitados pudieron aprender un poco más acerca de los miembros de la Iglesia de Jesucristo y compartir inspiración y fortaleza del Espíritu, lo que nos permitió encontrar gozo como discípulos de Jesucristo”.
Camilo Sepúlveda, joven asistente, declaró: "Fue una actividad muy chévere porque [los miembros] son muy divertidos; pensé que iba a ser una salida aburrida [pero] son personas muy amigables y me gustaría poder volver a salir con [ellos] y aprender un poco más sobre la Iglesia".
Por su parte, Marcela Mosquera, asistente aseguró: "Es lindo conocer personas nuevas y saber de qué manera el Evangelio ha bendecido sus vidas; fue una actividad muy chévere. Yo pensé que eran diferentes, más serios o que no se divertían, pero fue chévere saber que están dispuestos a brindar una amistad y que a pesar de que no los conocía, sentí ese vínculo de confianza que me brindó cada uno".
Este tipo de actividades permite que los jóvenes se desarrollen lazos de unión hacia personas de su mismo rango de edad, en las cuales se comparten intereses comunes y se mantiene el enfoque espiritual de amor y servicio que caracteriza a los seguidores de Jesucristo.
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