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En un contexto global de constantes desafíos, los principios del Evangelio de Jesucristo —la fe en Dios, el amor al prójimo y el servicio desinteresado— continúan ofreciendo guía, consuelo y fortaleza espiritual a individuos y comunidades en todo el mundo.
La fe permite a las personas confiar en los propósitos eternos del Padre Celestial, actuar con convicción y enfrentar las pruebas con esperanza. Es un principio activo que impulsa a avanzar con determinación, incluso en medio de la incertidumbre.
El amor cristiano, descrito en las Escrituras como la caridad, constituye el fundamento de una vida cristiana auténtica. Este amor promueve la comprensión, la unidad y la empatía, y guía cada acción hacia el bienestar del prójimo.
El servicio, inspirado por ese amor, refleja el ejemplo de Jesucristo y permite que quienes lo practican fortalezcan su fe, desarrollen su carácter y contribuyan al bienestar común. A través de actos sencillos y significativos, el servicio une corazones, eleva espíritus y edifica comunidades más solidarias.
Estos principios no solo enriquecen la vida personal, sino que también fortalecen familias, congregaciones y sociedades. Vivir con fe, servir con amor y actuar conforme al Evangelio es una forma poderosa de seguir a Jesucristo y de contribuir a un mundo con más luz, paz y propósito.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días enseña que todos somos hijos de Dios y promueve los principios del Evangelio restaurado de Jesucristo como guía para una vida recta, llena de propósito y servicio.
Fuente: https://www.churchofjesuschrist.org/study/manual/gospel-principles?lang=spa