La mayor parte del mejor trabajo del mundo es realizado por equipos. Ya sea en la escuela, en la oficina, en el escenario o en el campo de juego, los equipos más efectivos ofrecen las mejores actuaciones. Aprender a tener éxito significa aprender a trabajar juntos. Y la vida ofrece tantas grandes oportunidades.
Nacemos en familias, nuestro primer equipo, que en su mejor momento ofrece apoyo, orientación y amor. Asistimos a la escuela en clases, equipos de algún tipo, donde aprendemos junto a compañeros de clase y desempeñamos un papel en el éxito de los demás. Entramos en la fuerza laboral y nos damos cuenta de que tenemos limitaciones, pero nuestros compañeros de trabajo tienen fortalezas que compensan, al igual que nuestras fortalezas pueden complementar las debilidades de los demás. Y en un sentido aún más amplio, todos somos parte de la misma familia humana: aprendiendo juntos, trabajando juntos en el mismo equipo.
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El reverendo Martin Luther King Jr., en un discurso en Oberlin College, lo dijo sabiamente de esta manera: "Toda la vida está interrelacionada, y todos estamos atrapados en una red ineludible de mutualidad, atados en una sola prenda de destino. Todo lo que afecta a uno directamente, afecta a todos indirectamente. ... Nunca podré ser lo que debería ser hasta que tú seas lo que deberías ser. Y nunca podrás ser lo que debes ser hasta que yo sea lo que debo ser" ("Permanecer despierto a través de una gran revolución", discurso de graduación de Martin Luther King Jr. en Oberlin College, junio de 1965, oberlin.edu).
En otras palabras, nos necesitamos unos a otros. Incluso las personas más capacitadas no pueden igualar lo que sucede cuando un equipo de personas con diferentes habilidades colabora cuidadosamente.
En la antigüedad, el apóstol Pablo comparó nuestros variados dones con las diferentes partes del cuerpo humano. Lo hacemos mejor cuando todas las diferentes partes están trabajando en armonía (véase 1 Corintios 12:14–20). La sabiduría de Pablo tiene una gran aplicación para cada persona y cada equipo: "No debe haber [división] en el cuerpo; pero... Los miembros deben tener el mismo cuidado el uno por el otro. Y [si] un miembro sufre, todos los miembros sufren con él; o un miembro sea honrado, todos los miembros se regocijan con él" (1 Corintios 12:25-26).
Imagínese cómo sería nuestro mundo si tuviéramos "el mismo cuidado el uno por el otro", si nos viéramos unos a otros como miembros del mismo equipo. Parafraseando las palabras del Dr. King de otro discurso bien conocido, sería un sueño hecho realidad.
Fuente: Música y Palabras de Inspiración (Music and the Spoken Word)