¿Alguna vez ha escuchado esta protesta de un niño: “¡Simplemente no es justo!”? Cuando es necesario cortar un pastel y compartirlo entre hermanos, a los niños les encanta examinar cuidadosamente cada pieza para asegurarse de que reciben su parte justa.
Esto puede hacer sonreír a los padres, pero ¿con qué frecuencia hacemos lo mismo los adultos? ¿Examinamos a veces la vida de los demás y la comparamos con la nuestra? Esto puede llevar a la sensación de que la vida nos “debe” algo; nos sentimos con derecho a exactamente las mismas bendiciones que todos los demás tienen. Miramos a nuestro alrededor y vemos personas que parecen tener una salud perfecta, familias perfectas o riqueza material en abundancia, y podríamos preguntarnos por qué obtuvieron una porción más grande del pastel que nosotros.
Temple Square is always beautiful in the springtime. Gardeners work to prepare the ground for General Conference. © 2012 Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved. | 1 / 2 |
Por supuesto, los desafíos y las adversidades, las bendiciones y las oportunidades, nunca coinciden punto por punto. De todos modos, medir nuestra felicidad en comparación con lo que otros parecen tener rara vez es una comparación precisa. Por un lado, no conocemos los detalles de la vida de las personas o las cargas ocultas que llevan. Y si lo hiciéramos, nos sorprendería lo bendecidos que somos en comparación.
Cuando dos niños pequeños se acercaron a su madre quejándose de que la vida no era justa, ella se sentó con ellos y les habló sobre todas las personas que no tenían zapatos, ninguna oportunidad de educación, ninguna familia amorosa que los cuidara y muy poca comida. Un niño captó el mensaje y se dio cuenta de que si la vida fuera realmente justa, su vida podría ser bastante diferente. “Creo que tengo suerte de que la vida no sea justa”, dijo. No perdió su deseo de justicia, pero después de eso, ya no lo llevó a querer más para sí mismo; más bien, lo inspiró a acercarse con compasión a los menos afortunados.
Sí, la vida a menudo es injusta. Pero aun cuando tengamos problemas que parezcan inmerecidos, aun cuando tengamos preocupaciones que parezcan abrumadores, podría ser útil tomarse un momento para ampliar nuestra perspectiva. Esto puede incluir humildemente contar nuestras bendiciones y dar gracias por las cosas buenas que tenemos. La mayoría de las veces, tales pensamientos nos inspiran a hacer la vida un poco más justa al compartir nuestras bendiciones con los demás.
Fuente: Música y Palabras de Inspiración (Music and the Spoken Word)