Transcurría la década de los setenta y los mormones apenas superaban los tres millones de miembros a nivel mundial, Spencer W. Kimball dirigía la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (SUD) prestando mucha atención a la llamada “promesa lamanita” que declaraba que todos los habitantes del continente americano descendientes de los profetas del libro de mormón “florecerían como la rosa en las montañas”[1]. El 3 de abril de 1976 anunció la edificación del Templo de la Ciudad de México, un año más tarde visitó la cuidad Monterrey y declaró: "Mencioné a vuestros hermanos y hermanas en la Ciudad de México la semana pasada que en 1947 estaba en Arizona, en el templo. Al meditar y orar y estudiar, tuve lo que pensé fue un sueño, quizá una visión. Había mucha gente mexicana en el templo ese día. Al mirar al futuro, vi que los lamanitas iban a progresar y a desarrollarse”.dos años después se inicio la construcción del Templo, fue un 25 de noviembre de 1979 en donde el Élder Boyd K. Packer miembro del quórum de los doce apóstoles, dio la palada inicial.
El terreno se adquirió en la colonia San Juan de Aragón, con una superficie de 1.82 hectáreas; el Templo cubre 10,836 metros cuadrados de construcción, con una altura de 46.08 metros sin incluir la altura de la figura que representa al ángel Moroni (que junto con los Templos de: Los Ángeles, California, Washington DC, Río Jordán Utah y Seattle Washington, son los únicos que comparten una estatua del ángel Moroni cargando las planchas de oro que representan al libro de mormón). Transcurrieron los primeros meses de la edificación y miles de miembros mexicanos donaron su mano obra, su tiempo, sus talentos y su dinero para la construcción de este edificio, desde armar tabiques hasta preparar comida para los voluntarios, los santos de los últimos días en México deseaban tener un Templo en su país, ya que en ese entonces el más cercano se encontraba en Meza Arizona USA.
Para el 2 de diciembre de 1983 el Presidente Gordon B. Hinckley dedicó el edificio como un lugar santo de adoración: “Te damos gracias por esta gran nación, la República de México. Bendeciré a los que gobiernan, que se sientan inspirados a hacer lo que asegurará la paz y la libertad para el pueblo de esta tierra, y el crecimiento continuo de tu obra. Padre, te damos gracias por los muchos miles en esta parte de tu viña cuyos corazones han sido tocados por el poder de tu Espíritu y que han tomado sobre sí el nombre de Tu Hijo Jesucristo[2]” declaró el Presidente Hinckley durante su oración dedicatoria;este fue el primer Templo de la Iglesia SUD construido en México y el número 26 del mundo.
- Templo de México 1983
- Ceremonia de la primera palada Templo de la Ciudad de México
- Templo de la Ciudad de México
- Templo de la Ciudad de México
- Templo de la Ciudad de México
- Templo de la Ciudad de México
- Templo de la Ciudad de México
- Templo de la Ciudad de México
- Templo de la Ciudad de México
- Templo de la Ciudad de México
- Templo de la Ciudad de México
- Templo de la Ciudad de México
- Evento cultural del Estadio Azteca
- Templo de la Ciudad de México
- Detalle exterior Templo México
- Templo México exterior 1
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Años después, durante la Conferencia General de abril de 1998, el Presidente Gordon B. Hinckley declaró: “He estado con muchos que poseen muy poco en lo que respecta a bienes materiales, pero que tienen en el corazón una gran fe acerca de esta obra de los últimos días; aman a la Iglesia, aman el evangelio y aman al Señor, y desean hacer Su voluntad. Ellos pagan su diezmo, por modesto que éste sea; hacen tremendos sacrificios para poder ir al templo, viajando días enteros en autobuses incómodos y en botes viejos, además de ahorrar dinero y privarse de muchas cosas para lograrlo. Ellos necesitan templos más cercanos; templos pequeños, hermosos y prácticos”. Como resultado de esta declaración, se inició la construcción de 11 templos más en México entre 1998 y el año 2000.
El 31 de marzo de 2007 luego de 25 años de servicio ininterrumpido, el Templo de la Ciudad de México cerro sus puertas al público para someterse a una remodelación total, que incluyo una nueva fachada de concreto pre-colado igual al diseño original, inspirado en la arquitectura maya, se remodelaron los plafones, pasillos, las ventanas, las puertas, los pisos y zócalos de granito fueron importados de China y de la India, se incluyeron adornos de madera de roble, y los bueyes del bautisterio fueron cambiados por unos hechos de resina de fibra de vidrio.
Trascurrieron 20 meses de modificaciones y desde el 20 de octubre hasta el 8 de noviembre del 2008 el recinto fue abierto al público en general antes de ser dedicado para los servicios religiosos; entraron al templo más de 19 mil almas que, a lo largo de 18 días, hicieron largas filas y esperaron horas para ver el interior del Templo.
Durante estos días destacaron las visitas de: Margarita Zavala de Calderón (Primera dama de México), Mohammad Hassan Ghadiri Abyaneh (embajador de Irán en México) y Ricardo B. Salinas Pliego (Presidente y director general del Grupo Salinas) éste último declaró después de su visita: “Felicito a la comunidad por su incansable labor para promover sus valores; valores que en mi opinión resultan universales y de gran beneficio para la sociedad en general”. Además se recibieron varios medios de comunicación.
Para festejar la re-dedicación del Templo, la iglesia en México organizo un evento cultural en el Estadio Azteca que consistió en discursos del Presidente Thomas S. Monson y de Henry B. Eyring además de bailables regionales de diferentes estados de la república mexicana. El suceso tuvo lugar el 15 de noviembre y atrajo a más de 87,000 asistentes además de los 8,000 participantes; según el diario de Utah Desert News esta fue la ocasión en que más almas escucharon a un profeta de la Iglesia SUD en persona; y la enorme asistencia fue una muestra de: “del poder de la Iglesia SUD en México”.[3]
El domingo 16 de noviembre el actual presidente de la Iglesia Thomas S. Monson dedicaba el recinto en una oración en la que expresó: “Te pedimos que puedas continuar bendiciendo aquéllos que gobiernan esta nación, que puedan ser inspirados para hacer lo necesario para asegurar la paz y la libertad al pueblo de este país en un ambiente en donde tu obra pueda continuar creciendo”.
Han transcurrido casi veintiocho años desde la primera dedicación del Templo de la Ciudad de México, y tres desde su re-dedicación; en todo este tiempo la Iglesia SUD ha progresado exponencialmente; actualmente existen más de 807 capillas en toda la república mexicana y se construyen 20 capillas nuevas al año, desde 1983 a la fecha se han donado más de 9,600 millones de dólares en proyectos de ayuda humanitaria a lo largo del país; además, México fue primer país después de Estados Unidos en tener más de un millón de miembros de la iglesia; es el segundo país con más templos (12 en total y uno más anunciado para construcción en Tijuana) solo superado nuevamente por su vecino del norte; el Templo de la Ciudad de México recibe a más de 16,000 visitantes al mes; además según declaraciones del Élder Manuel F. Acosta, director del Centro de Visitantes de la Ciudad de México (CV); más del 25% de los bautismos que se originan en México provienen de referencias obtenidas por el CV. (edificio ubicado a un costado del Templo de la Ciudad de México).
El Templo fue catalogado por la revista “obras” en 1983 como la obra arquitectónica del año y se ha convertido en un ícono de la religión mormona para propios y extraños, talvez por esa razón un par de años atrás un periodista de esta misma revista visitó el templo buscando información para hacer un reportaje sobre la “arquitectura mormona”;
Impresionado por la belleza del Templo y la multifuncionalidad de las capillas declaro:
“La filosofía de las religiones por mucho se refleja en la construcción y en la arquitectura”.