Vivimos en una época única y desafiante. De hecho, no hay que desplazarse mucho para leer las complejidades que nos rodean. Los desastres naturales, las tensiones sociales y la desinformación pueden generar incertidumbre y ansiedad. Además, cada uno de nosotros se enfrenta a pruebas personales que son difíciles y pesadas y que a menudo llevamos en silencio.
En un mundo que parece girar cada vez más rápido, cuando el lado derecho parece estar al revés, o cuando nos sentimos agobiados por la preocupación, ¿qué podemos hacer?
Podemos elegir la fe. Elegir la fe es el antídoto contra cada prueba que enfrentamos y contra cualquier cosa que pueda traer duda o provocar miedo. Elegir la fe significa que elegimos esperar y creer que al final estará bien, incluso si en el presente eso parece imposible. Elegir la fe significa que hacemos todo lo que podemos para mejorar nuestra situación, y luego confiamos en Dios, sabiendo que Él está consciente de nuestras circunstancias exactas.
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La hermana Patricia Holland, una mujer de gran fe, dijo: "No creo que la fe sea fe hasta que eso sea todo a lo que tengas que aferrarte" (véase el podcast de Church News, episodio 84, con la presentadora Sheri Dew, "Élder Jeffrey R. Holland y la hermana Patricia Holland: servicio, salud, fe y devoción a Jesucristo", 24 de mayo de 2022, thechurchnews.com). ¡Qué manera tan maravillosa de articular la fe!
Cuando sentimos que no nos queda nada, podemos mirar a Dios y suplicar: "Ayuda mi incredulidad" (Marcos 9:24). "Ayúdame a elegir la fe". A medida que llevemos esa oración constantemente con nosotros, nuestra fe aumentará y será confirmada. Eventualmente, nuestras oraciones se transformarán de una súplica de fe a una declaración de fe: "Estoy eligiendo la fe". Esa oración declarativa trae poder y permite que Dios haga Su obra en nuestras vidas.
Cuando tenemos fe en el Hijo de Dios, Jesucristo, Él aligera nuestras cargas, alivia nuestras preocupaciones y convierte nuestra desesperación en esperanza.
Es mi experiencia y la de millones más que a medida que elegimos la fe, especialmente cuando es todo lo que nos queda, seremos liberados. El Señor mismo dijo: "No temas, porque yo te he redimido, te he llamado por tu nombre; Tú eres mío. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y por los ríos no te desbordarán; cuando camines por el fuego, no te quemarás. … Porque yo soy el Señor tu Dios... tu Salvador" (Isaías 43:1-3).
Fuente: Música y Palabras de Inspiración (Music and the Spoken Word)