Familias costarricenses celebran el Día de las Madres

El 15 de agosto se celebra el Día de la Madre en Costa Rica, una fecha que para los Santos de los Últimos Días ha pasado de ser una celebración nacional y se ha convertido en una celebración espiritual; es un día donde las familias se reúnen para mostrar su amor hacia las madres y hacia la figura materna.

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días emitió “La Familia: Una Proclamación para el Mundo” donde se define el papel de una madre: “La madre es principalmente responsable del cuidado de sus hijos. En estas sagradas responsabilidades, el padre y la madre, como compañeros iguales, están obligados a ayudarse el uno al otro” y el élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, declaró: “Ningún otro amor en la vida mortal llega a aproximarse más al amor puro de Cristo que el amor abnegado que una madre siente por un hijo”.

A continuación compartimos los sentimientos de algunas madres Santos de los Últimos Días, entre los 25 a 40 años, respecto al sagrado don de la maternidad:

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Ximena González Murillo, mamá de dos niños, asegura que servir una misión de tiempo completo la preparó para su futuro, pues aprendió a cuidar de sí misma, a actuar con fe y a desarrollar amor y preocupación por el prójimo. “La maternidad me permitió conocer mis limitaciones y mis anhelos, mis fortalezas y también me enseñó a pedir ayuda. Pero lo que me encanta de la maternidad es poder dar amor y recibir amor de vuelta, el amor más incondicional que he conocido. Además, aunque siempre hay problemas, es necesario tener un plan A, B, C y hasta la Z, pero nunca debemos darnos por vencidos, sino intentar algo diferente para obtener resultados diferentes”, compartió Ximena.

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Este amor tan puro, incondicional, profundo e inexplicable también lo experimenta Gimena Salas, quien reconoce la guía del Padre Celestial en todo momento para la crianza de sus dos hijos, ante los desafíos que enfrenta durante esta nueva etapa. A pesar de la adversidad, confió en las promesas que había recibido y sus embarazos culminaron con éxito. Ahora disfruta del amor que sus hijos le brindan, cada risa, cada muestra de cariño, completan su felicidad.

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Otra joven madre, Melissa Núñez Barboza, tiene tres niñas y a pesar del desafío de sufrir un aborto espontáneo tiempo atrás, compartió que pudo sentir el amor de Dios y reconocer que Él tenía un plan más grande que el que Melissa imaginaba. “Si me esfuerzo por cumplir mis convenios y perseverar hasta el fin tendré la oportunidad de tener a mi esposo y a mis 4 hijos conmigo para siempre. Los lazos familiares son infinitos y eternos”, expresa Melissa con seguridad.

Para Melissa, es una gran responsabilidad guiar a sus hijas y ser un ejemplo para que ellas sepan a quién deben recurrir en momentos difíciles; a la vez, agradece porque considera que como pareja están viviendo el mayor privilegio y están cumpliendo con un propósito divino.

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Karen Cascante Monge, compartió que cuando tuvo a su primera hija aún no era miembro de la Iglesia, pudo experimentar ciertos temores y en ocasiones se sentía sola; pero cuando conoció el evangelio de Jesucristo supo que ya no estaría sola nunca más, a la vez que le ha permitido sobrellevar sus cargas y priorizar; además, recuerda las palabras del élder Jeffrey Holland, miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, de que la maternidad implica una asociación eterna con Dios.

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Por su parte, Cristina Rivas, mamá de dos hijos, comparte que, aunque no todos los días son como añora, ha decidido aplicar cinco puntos que la mantienen con una actitud positiva:

1. Cuenta sus bendiciones y agradece por sus hijos y la oportunidad de enseñarles de la vida.

2. Halla la belleza y el gozo cotidiano incluso en gestos simples.

3. Estudia las Escrituras en familia.

4. Se centra en los demás y sus necesidades.

5. Mantiene una perspectiva a lo largo plazo al recordar que el tiempo con sus hijos es breve, así que procura darles calidad y tiempo.

Asimismo, reflexiona: “No soy tan solo una mamá que llora está bien a veces sentirse mal. La maternidad es tanto una gran bendición como un gran desafío y estoy agradecida por las maneras en que me ayuda a crecer, me enseña y me pule para que llegue a ser la persona que el Padre Celestial sabe que puedo ser”.

Estas cinco madres coinciden en que su mayor agradecimiento se basa en la confianza que el Padre ha depositado en ellas para guiar a otros por el camino correcto, incluso a pesar de sus imperfecciones. Ellas se mantienen animadas al sentir el amor de sus hijos y del Padre Celestial.