Es común en estos días desesperarse por la falta de cortesía y la creciente hostilidad en el mundo. Y hay motivos de preocupación: ejemplos de alto perfil de ira y amargura pueden dejarnos preguntándonos sobre el estado de la humanidad. Incluso podemos sentirnos como ignorados, abatidos y temerosos.
Pero entonces, de vez en cuando, una simple interacción con un extraño restaura la fe en la humanidad. Puede que esté de compras, por ejemplo, tiene prisa y tiene que caminar delante de alguien. "Discúlpame" le dice, y la persona sonríe ligeramente, asiente y dice: "Adelante". Esta persona ni siquiera le conoce, pero le da el paso. Si necesitara su ayuda, probablemente se la brindaría. Esta es una persona a la que podría pedir indicaciones. Esta es una persona que podría ser un buen vecino.
Temple Square is always beautiful in the springtime. Gardeners work to prepare the ground for General Conference. © 2012 Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved. | 1 / 2 |
Cuando un estudiante de una clase de secundaria estornuda, varios compañeros dicen: "Salud". Es una cosa pequeña, pero esa frase deseándole una buena salud es más evidencia de que la gente es básicamente bondadosa.
Incluso vemos ternura en los niños de la escuela que consuelan al que tiene un juguete roto o comparten su comida si otro niño no tiene almuerzo. Los niños vienen a esta tierra con cuidado y generosidad innatos, y esas cualidades nunca desaparecen del todo de nuestros corazones, incluso a medida que envejecemos.
Cuando alguien necesita ser rescatado de una situación difícil o de un riesgo que se aproxima, o incluso simplemente de las pruebas personales que se avecinan, las diferencias en política, raza y cultura se vuelven menos importantes. La gente simplemente ayuda a la gente.
El mundo es básicamente bueno, y la mejor manera de descubrir eso es ser básicamente bueno. Muy a menudo, lo hacemos en interacciones personales, una persona a la vez. Podemos dar sinceras felicitaciones. Podemos dejar pasar al otro conductor primero.
Podemos guardar el teléfono celular y entablar una conversación con la persona que está a nuestro lado en la fila.
Todos viajamos juntos por esta vida como hermanos y hermanas en el mismo planeta. Cuando uno de nosotros estornuda, todos sabemos qué decir, y si uno de nosotros está sufriendo, todos sabemos qué hacer. Si queremos ver más bondad, podemos extender más bondad, y comenzaremos a notar todo lo que nos rodea.
Fuente: Música y Palabras de Inspiración (Music and the Spoken Word)