El 28 de octubre de 2025, el huracán más intenso que tocó tierra en la cuenca atlántica, el huracán Melissa, azotó Jamaica con vientos de 185 mph. Tras una espera ansiosa y orante, todos los miembros y misioneros fueron reportados sanos y salvos. Muchos han sufrido dolor y pérdidas: hogares dañados, comunidades afectadas y familias que enfrentan grandes desafíos.
Tan pronto como hubo acceso seguro a la isla, el élder Ahmad S. Corbitt, segundo consejero en la Presidencia del Área Caribe de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, viajó a Jamaica para ministrar, evaluar daños y necesidades, trabajar con líderes locales para organizar los esfuerzos de respuesta inicial y determinar cómo la Iglesia puede ayudar mejor en el futuro.
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El presidente del Área del Caribe, el élder Valeri Cordón, comparte el siguiente mensaje en vídeo:
"Expresamos una profunda gratitud a tantos que, en medio de sus propios desafíos, acudieron al servicio de otros. Su ejemplo cristiano refleja el amor del Salvador. Muchos voluntarios —algunos también afectados por el desastre— se unieron para preparar y entregar alimentos, agua y suministros esenciales a cientos de familias. Un servicio tan desinteresado es una expresión viva del evangelio de Jesucristo.
"La Iglesia trabaja mano a mano con las autoridades locales y líderes comunitarios para proporcionar ayuda humanitaria, apoyo emocional y espiritual, y para acompañar a las familias en su proceso de recuperación. Sabemos que reconstruir llevará tiempo, pero como Iglesia estamos comprometidos a apoyar al pueblo de Jamaica durante todo este proceso. Confiamos en que, con fe y unidad, nuestras comunidades saldrán más fuertes.
"Nos consuelan las palabras del Libro de Mormón, en Helamán 5:12: 'Y ahora, hijos míos, recordad, recordad que es sobre la roca de nuestro Redentor, que es Cristo, el Hijo de Dios, que debéis edificar vuestro cimiento.'
"Si edificamos sobre Él, ninguna tormenta podrá destruir nuestra fe ni arrebatarnos la esperanza. Ofrece paz en tiempos de incertidumbre, fuerza cuando nos sentimos débiles y consuelo a nuestro corazón.
"Invitamos a todos a unirse en oración por nuestros hermanos y hermanas en Jamaica, Haití y Cuba. Animamos a todos a mantener un espíritu sensible y compasivo hacia las necesidades de los demás, a estar atentos a quienes puedan necesitar ayuda y a confiar en que el Señor escucha cada oración ofrecida con fe en favor de los afectados. Podemos ser instrumentos en Sus manos mientras mostramos Su amor a través de nuestros propios actos de servicio y compasión."
Fuente: newsroom.churchofjesuschrist.org