La tarde del domingo 14 de agosto el gobernador del estado de Sonora, Alfonso Durazo, arribó a una capilla de la ciudad de Hermosillo para sostener una reunión con líderes de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en ese estado del norte de México.
Fue recibido por el Elder Hugo Montoya, presidente del Área México y el Elder Gregorio Casillas, setenta de área asignado al Consejo de coordinación de Hermosillo.
Acompañaron al gobernador en la reunión Amanda Marchena, directora de asuntos religiosos de Sonora; y Máximo Moscoso, delegado de la Secretaría de Gobernación en el estado.
También por parte de la Iglesia asistieron cinco presidentes de estaca y seis presidentes de distrito de esa región, así como el presidente del templo, Arturo Rodríguez y su esposa; y el presidente de la misión Hermosillo, Luis Gabriel Zapata, con su esposa, Purísima.
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El élder Montoya comenzó la reunión agradeciendo al gobernador Durazo por su servicio a los ciudadanos de Sonora. “Nosotros como miembros de la Iglesia, apoyamos a nuestros gobernantes y sostenemos las leyes de nuestro país”, de igual forma comentó que los líderes que estaban presentes dirigen congregaciones en todo el estado y los sonorenses aman a su estado y “están siempre listos para servir y ayudar”.
“Enseñamos sobre el Salvador Jesucristo a nuestros miembros y les invitamos a seguir sus enseñanzas, incluido el mandamiento de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos”-dijo el Elder Montoya-, “es por ello que la Iglesia busca ayudar a las personas con necesidades, por medio de su programa humanitario y por medio de las ofrendas de ayuno”.
El Elder Montoya destacó algunas iniciativas recientes de ayuda humanitaria en el estado por parte de la Iglesia, como el auxilio a migrantes y una reciente donación de sillas de ruedas al DIF estatal.
Por su parte, el gobernador Durazo reconoció la labor humanitaria y de servicio de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en México y en Sonora. “Conozco su Iglesia”, dijo, “sé que son muy organizados y siempre están dispuestos a ayudar y servir en la comunidad”. Pidió a los líderes de la Iglesia local a sumarse y compartir mensajes de paz y amor en sus congregaciones.
“En Sonora tenemos dificultades con violencia intrafamiliar”, dijo el gobernador. “Esto es el origen de muchos otros crímenes. La desintegración familiar es un problema grande y tenemos mucho qué hacer. A pesar de que el gobierno es responsable de atender estas necesidades de la sociedad, cuando las organizaciones sociales de suman, los resultados son más evidentes”. Finalmente, el gobernador agradeció por toda la ayuda humanitaria y abrió la puerta para continuar haciendo más proyectos en el futuro que beneficien a los sonorenses.
El Elder Montoya obsequió un ejemplar del Libro de Mormón y una estatua de Cristo al gobernador Durazo. Todos los líderes que asistieron a la reunión se tomaron una foto junto con el gobernador y tuvieron la oportunidad de saludarlo.
La Iglesia en Sonora, un pilar fuerte de la Iglesia
La historia de la Iglesia en México comienza con un grupo de misioneros provenientes de Estados Unidos, quienes 1876 realizaron la primera expedición a tierras mexicanas. Al llegar al país, el grupo se dividió y algunos exploraron Chihuahua, mientras otros se dirigieron a Sonora.
En mayo de 1877 un grupo de misioneros -entre ellos Melitón González Trejo quien tradujo el Libro de Mormón- y Louis Garff fueron a predicar a un poblado llamado San Miguel de Horcasitas, ubicado a unos kilómetros de Hermosillo. En ese lugar bautizaron a las primeras cinco personas.
Actualmente Sonora tiene más de 38 mil miembros de la Iglesia, así como 46 centros de reuniones y un templo.