Hacer lo que debe hacerse

Todos tenemos cosas para hacer que a veces no queremos hacer. Hay cosas tan engorrosas que las postergamos por un día, una semana, un mes, o más. Quizá pensemos que, si las posponemos por un buen tiempo, desaparecerán como por arte de magia o, tal vez, tratemos de convencernos de que estamos aguardando por el debido momento, que necesitamos inspiración para cumplir la tarea, pero la inspiración no se puede forzar, ¿cierto?

Un renombrado artista dijo una vez: “La inspiración es para aficionados; los demás nos remangamos la camisa y nos ponemos a trabajar”. Refiriéndose a ese tema, un experto en motivación dijo: “Si uno está allí sentado, postergando algo que no se siente inclinado a hacer, debe recordar que, en realidad, no es necesario sentirse inclinado a hacerlo”.

La mayoría de las tareas las cumplen personas que quizá, en el momento, no quieran hacerlas, pero igual las hacen. Se levantan y van a trabajar, día tras día, sin esperar a sentirse dispuestos. Si esperaran, no muchas tareas se cumplirían. Somos todos bendecidos por la dedicación de tantas personas.

Claro que a muy pocos nos agrada hacer cosas difíciles, pero, sabemos que hay cosas que sencillamente deben hacerse, no porque nos resulte atractivo o divertido, sino porque es correcto, importante, y necesario.

A una persona allegada a un gran líder se le preguntó sobre la capacidad de ese líder de rendir tanto. Muchos pensaban que él tenía una disposición natural a trabajar arduamente, o que había sido bendecido con buenos genes o buena fortuna, pero el hombre sencillamente dijo que no eran la suerte ni las bendiciones lo que lo distinguían, sino la determinación; él seguía trabajando aun cuando no tuviera deseos de hacerlo; había deberes que cumplir, así que hacía lo que debía hacer.

Reconocemos eso como la determinación y la voluntad de seguir esforzándonos, aunque prefiriéramos no hacerlo. A menudo, la determinación no es un requisito para esforzarnos, sino el resultado. Entonces, al lograrlo, no hay nada como la satisfacción que se siente ante un trabajo bien hecho, una tarea completada, y la inspiración para entregarnos a la siguiente.