Jóvenes adultos solteros, entre los 18 a 30 años, del Centro JAS Naranjo y misioneros de servicio miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en colaboración con United Way (UW) prestaron servicio a familias de la comunidad Choantonio, municipio de Santa Apolonia, Chimaltenango ubicado a 85 km de la Ciudad de Guatemala, para construir cinco huertos familiares.
La Iglesia trabaja con UW el proyecto de Nutrición que incluye el huerto familiar con el Modelo de producción Agrícola Natural de Alto rendimiento (MANA) como una fuente de alimento de fácil acceso para las familias.
Pedro Pablo Illescas Sandoval, representante de UW, agradeció el apoyo de los voluntarios por el noble corazón de servir y mencionó que “contar el apoyo de la Iglesia de Jesucristo representa un cambio significativo para las 15 comunidades donde se desarrolla el proyecto de Nutrición. Hoy pudimos hacer la actividad de voluntariado en la comunidad Choantonio donde hay 24 de las 300 madres que se beneficiarán con el proyecto y estamos muy agradecidos, no solo por todo el beneficio que se tiene a través de los insumos, sino también por la esperanza y el positivismo que se transmite a la comunidad al sentirse apoyados por personas que viven fuera del municipio”.
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El representante del presidente del Consejo Comunitario de Desarrollo Urbano y Rural (COCODE), Héctor Leonel Melgar Velásquez, dijo que el programa ha sido bien aceptado por las madres y están agradecidas por los víveres que han recibido; los huertos familiares son una bendición de Dios a través de la Iglesia de Jesucristo y United Way para la aldea y las familias de escasos recursos.
Maria Estela Sirin López, una de las madres beneficiadas con el huerto expresó su profundo agradecimiento a Dios y a los voluntarios, y añadió “me siento muy feliz por tener este apoyo para mi familia, me va a ayudar bastante para darle de comer a mis tres hijos, porque ahora nuestra situación va a cambiar”.
Durante nueve horas los voluntarios Santos de los Últimos Días construyeron los huertos familiares y sembraron Quilete, Acelga, Cebolla, Cilantro y Lechuga Escarola, como un medio para erradicar la desnutrición infantil por el consumo de proteína vegetal, de forma sostenible.
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Algunos de los jóvenes que acudieron a la comunidad, con mucho entusiasmo por servir para servir a su próximo, compartieron sus sentimientos:
“Me siento bastante feliz de ayudar y beneficiar a estas familias que lo necesitan. Yo también salí beneficiado porque aprendí a hacer algunas cosas que me pueden servir en un futuro”. -Leonel Guim.
“Al participar de este proyecto pude ayudar a las familias de bajos recursos y sé que con estos huertos van a poder progresar y tendrán el sustento que necesitan para sus hijos”. -Naomi Noriega.