Las palabras del Salmo 46, que dice, “Quedaos tranquilos y sabed que yo soy Dios”. Se trata de una invitación a experimentar la paz y el consuelo que trascienden las barreras del tiempo.
No sabemos si el profeta Elías estaba familiarizado con este versículo cuando buscó refugio en el Monte Horeb, pero ciertamente aprendió la verdad que enseña el salmo: que en la tranquilidad hallamos a Dios. Elías fue el valeroso profeta que desafió a poderosos monarcas y mandó que descendiera fuego del cielo. Pero sus milagros no habían hecho más que enardecer a sus enemigos, y ahora su vida corría peligro.
Entonces, Elías se retiró a una cueva tranquila y solitaria en Horeb, “el monte de Dios”, también conocido como Sinaí, donde Moisés halló a Dios en una zarza ardiente, y donde le fueron revelados los Diez Mandamientos en medio de truenos, relámpagos, y terremotos. Pero, esta vez, Jehová habló de un modo diferente y quizá inesperado:
“Y he aquí que Jehová pasaba, y un grande y poderoso viento rompía los montes y quebraba las peñas… pero Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento, un terremoto, pero Jehová no estaba en el terremoto. Y tras el terremoto, un fuego, pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego, una voz apacible y delicada”.
Temple Square is always beautiful in the springtime. Gardeners work to prepare the ground for General Conference. © 2012 Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved. | 1 / 2 |
Sin duda, Dios podría sorprendernos con ruidosas e imponentes demostraciones de Su poder. Pero, en la mayoría de los casos, Él prefiere susurrar suave, silenciosa, y tiernamente. Tal vez lo haga porque sabe que, en este mundo tan caótico, lo que más necesitamos es Su paz, pero no quiere imponérnosla. Él les habla a quienes sinceramente desean y hacen un esfuerzo por oír, y sí que requiere esfuerzo. Demanda acallar el ruido de la vida, despejar el desorden de la mente, y alejar el orgullo del corazón; significa procurar momentos sagrados a solas con el Señor.
Dicho de otro modo, si vamos más despacio y estamos tranquilos, sabremos que Él es Dios.
Fuente: Música y Palabras del Inspiración (Music and the Spoken Word)