
Hna. Karen Rivadeneira y Hno. Aleksey Viteri miembros de La Iglesia de Jesucristo en el Templo de Guayaquil Ecuador celebrando su matrimonio Eterno
Hna. Karen Rivadeneira y Hno. Aleksey Viteri miembros de La Iglesia de Jesucristo en el Templo de Guayaquil Ecuador celebrando su matrimonio eterno© 2020 by Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved.El matrimonio es como navegar un barco en alta mar, el viento sopla a favor para dirigir la embarcación por aguas calmas, otras turbulentas en el trayecto, el fin es llegar a destino.
¨La Familia: Una proclamación para el mundo¨ nos recuerda que solo a través de las ordenanzas y los convenios sagrados disponibles en los santos templos, es posible que las personas regresen a la presencia de Dios y que las familias sean Eternas.
La juventud de la Iglesia de Jesucristo sostiene que el único medio para movilizarse y avanzar exitosamente en esta vida hacia la venidera es el matrimonio. Entonces... ¿Qué tipo de barco será este? ¿Una pequeña inestable y liviana balsa o un trasatlántico firme y fuerte para cruzar la mar?, para muchos jóvenes y jovencitas el Instituto de Religión Quito (IRQuito) es la fuente para adquirir conocimiento del evangelio en cuanto al matrimonio, además, sitio ideal para hacer amistades que por lo general han culminado en grandes historias de amor, y han recibido fortaleza para el siguiente paso para su viaje en alta mar, el matrimonio eterno como tal; medio para progresar en esta vida con trayecto de regreso al hogar celestial.
El Instituto de Religión Quito reconoce a tres parejas jóvenes quienes durante el 2020 emprendieron su legado bajo el convenio del matrimonio. Los esposos Loor Freire, Viteri Rivadeneira y Zanafria Borja nos relatan sus vivencias, anécdotas, desafíos y sentimientos que les inspiró a contraer nupcias en tiempos de COVID-19.
La convicción por formar una familia eterna a pesar de la incertidumbre
En el diccionario acorde a la náutica, zozobrar se refiere al estado del mar o los vientos que hace difícil o peligrosa la navegación de una embarcación, y una pandemia mundial acuña todos los calificativos de la palabra zozobra.
Para Jazmín y Christofer los preparativos para unir sus vidas empezaron entre medio del confinamiento. La decisión de casarse radicó en el amor que sienten el uno por el otro. Después de dos años y medio de noviazgo, Christopher y Jazmín se comprometieron el 20 de junio de 2020, y no deseaban aplazar lo que sabían que querían el uno con el otro.

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Familia Loor Freire en el Templo de Guayaquil el día que sellaron sus vidas por la Eternidad como esposo y esposa© 2020 by Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved.Casarse en medio de una pandemia representa una prueba de fe ya que la realidad del entorno actual hace que el proceso y tradiciones del matrimonio salgan de lo común al enfrentar nuevas restricciones y obstáculos; además de la incertidumbre económica y social que afectan de una u otra forma, pero los flamantes novios afirman que fueron muy bendecidos y dentro de todo ello pudieron celebrar su matrimonio civil el 17 de julio en Quito y al poco tiempo pudieron cumplir con su meta de una manera maravillosa junto a sus seres amados quienes de manera limitada les pudieron acompañar al Templo en Guayaquil a pocas semanas desde que por comunicado de la Presidencia General, el Templo de Guayaquil reabriera sus puertas en fase dos desde el 28 de septiembre.
Para la familia Zanafria Borja las restricciones en cuanto al aforo de personas fue un desafío desde el día del civil, cuando solamente sus testigos de boda pudieron acompañarlos, y para el sellamiento en el templo debieron escoger solamente cuatro acompañantes por familia, y al tener ambos una familia numerosa, esto implicó un gran desafío. Isabel afirma que para ella y su esposo la familia es parte fundamental, y ahora al estar sellados como familia, les llena de felicidad el saber que no solamente son los dos, sino que podrán estar con todos ellos en la eternidad, realmente la familia va creciendo y están agradecidos por eso.
Para el matrimonio Viteri Rivadeneira casarse en el templo era una añoranza, y ambos concuerdan que pudieron encontrarse el uno al otro. Como jóvenes íntegros pudieron hacer realidad esa meta al decidir sellar sus vidas por la eternidad sin importar lo que estaba pasando en el mundo. Para ellos lo más importante era realizar convenios con el Señor en su casa de Santidad, para recibir las bendiciones y ordenanzas salvadoras que el nuevo y sempiterno convenio del matrimonio prometen.
Cuando el Señor Jesucristo designó el amor a Dios y el amor a los semejantes como los dos grandes mandamientos, glorificó el amor. De hecho, se nos dice que Dios es amor; por consiguiente, como Dios es Eterno, el amor debe ser eterno, y se ha dispuesto que sus frutos y bendiciones continúen a través de las eternidades venideras. [El concepto Santo de los Últimos Días del Matrimonio, Hugh B. Brown (1883–1975)]
Los templos se edifican y se dedican en “Santidad al Señor” para proporcionar un lugar donde se puedan efectuar ceremonias y ordenanzas espirituales y eternas.
Los Santos de los Últimos Días creen que a fin de obtener lo mejor de la vida y la máxima felicidad en este mundo y en el venidero, los hombres y las mujeres deben casarse en el templo por el tiempo de esta vida y por la eternidad. Sin las ordenanzas selladoras del matrimonio en el templo, el hombre no puede lograr un estado divino ni recibir la plenitud de gozo.
El hombre y la mujer se pueden amar y perfeccionar en el matrimonio
El élder Jeffrey R. Holland del Cuórum de los Doce Apóstoles dijo que ¨El entregarnos completamente a otra persona, como lo hacemos en el matrimonio, es el paso de todas las relaciones humanas que mayor confianza requiere... Se trata de un acto de verdadera fe, una fe que todos debemos estar dispuestos a ejercer ...Si lo hacemos bien, compartimos todo con la otra persona: nuestras esperanzas, miedos, sueños, flaquezas y alegrías.”
Para Roberto Zanafria e Isabel Borja los planes de matrimonio empezaron mucho antes que ocurra la pandemia. Con Isabel llevábamos un buen tiempo de novios, ya conocíamos varios aspectos tanto del uno como del otro; yo quería casarme con ella porque aparte de ser una hija de Dios muy especial, inteligente, bonita, tranquila y tantas cosas verdaderas y buenas que puedo decir de ella, lo que me encantó fue que un día me dijo que después de esta vida caminaremos juntos por la eternidad. Para ella no ha sido un problema el que yo use silla de ruedas.

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Familia Zanafria Borja en el Templo de Guayaquil el día que sellaron sus vidas por la Eternidad como esposo y esposa © 2020 by Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved.La hermana Isabel afirma que haber dado el sí al matrimonio le ha dado una experiencia increíble; tiempo en el cual la pareja se han conocido mejor y se han ido adaptando mutuamente: costumbres, sueños, metas y propósitos.
Para Isabel ser profesional es importante, y no lo descuida, pero en estos tiempos de incertidumbre colectiva fortalecer su relación matrimonial y tejer sus lazos de amor y confianza con su compañero es emergente; afirma que la clave es el trabajo en equipo, de esta forma ambas prioridades de la hermana pueden desarrollarse exitosamente. ¨Él es muy paciente y entiende que debido a mi carrera no tengo mucho tiempo, sin embargo, también me esfuerzo por mantener un equilibrio y no descuidar lo uno de lo otro. Actualmente él está haciendo su tesis y nos amanecemos juntos, cuando estamos muy cansados tomamos turnos, yo duermo dos horas, luego él me levanta y toma su turno de dormir, me gusta trabajar en equipo porque nuestro amor y servicio el uno por el otro crece¨ afirma Isabel.
Ahora de casados, nos hemos ido adecuando a la crianza que cada uno ha tenido relata el hermano Zanafria. Estudiamos, oramos y leemos las escrituras juntos; yo también lavo platos, arreglo el cuarto, cocino, ayudo en lo que puedo. Soy agradecido de que Isa sea mi esposa; ella estudia medicina y se da tiempo para todo; por cuestión de la pandemia le da miedo que salga solo a la calle, cuando puede me acompaña y cuando no puede, está pendiente de mí por medio del WhatsApp; en esta parte agradezco a mi familia, pero principalmente a mis padres que me ensañaron a ser independiente con mi silla de ruedas
Consejos de los recién casados
Karen y Alex comparten su testimonio y recomendaciones para otros jóvenes, y afirman que Dios bendice al cumplir con sus mandamientos, ¨Él bendice¨ reafirman. El hombre y la mujer se pueden amar y perfeccionar con el matrimonio, ya que pueden en equipo explotar más su potencial permitiéndoles progresar y desarrollar atributos divinos, y de esta forma emular el ejemplo del Salvador en sus vidas.
Roberto e Isabel afirman que el matrimonio es el centro del plan del Creador para el destino y la felicidad eterna de Sus hijos. Ambos recomiendan no tener miedo a casarse sino a confiar en que el Señor bendice cuando hacemos lo correcto.
De la misma manera, Christopher y Jazmín invitan a orar a Dios y preguntar por su compañero o compañera eterna, al meditar en su pregunta, Dios dará respuestas por medio del Espíritu Santo.

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Familia Viteri Rivadeneira en el Templo de Guayaquil el día que sellaron sus vidas por la Eternidad como esposo y esposa© 2020 by Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved.El matrimonio: un barco seguro que los jóvenes en edad de Instituto deben abordar para llegar a su destino eterno
La noche del viernes 24 de enero del 2020 el Elder Jeffrey R. Holland visitó la capital del Ecuador, donde se reunió con miembros de las estacas de Quito y compartió una analogía de un barco y su función como medio para navegar a través de la vida, sean estas, tempestades o aguas calmas.
¡No te rindas cuando necesitas el Evangelio en su máxima capacidad, no te alejes! expresó con su manto Apostólico el élder Jeffrey R. Holland. La vida es como estar dentro de un barco que repentinamente es sorprendido por una tormenta en donde las olas lo golpean y la situación se torna muy peligrosa, y el temor llega; pero qué hacer cuando esto suceda, cuestionó. ¨Algunos están tan perturbados por la tormenta que dicen voy a saltar del barco e intentar nadar en medio de las olas, eso no tiene sentido…¨. dijo el Elder Holland. Cuando la tormenta venga, debemos permanecer en la embarcación, la tormenta terminará y podremos retomar la paz en aguas más mansas.
El hermano Aristóteles Galán director del Instituto de Religión Quito se une al sentimiento del élder Holland y a la vez aconseja a los jóvenes quienes están en planes de emprender este gran viaje del matrimonio.
“Todos empezamos nuestros hogares de maneras diferentes; unos con una gran celebración, otros con una ceremonia muy íntima de pocas personas, algunos deciden tener una celebración solo entre la pareja, algunos incluso prefieren, omitir que nadie conozca de sus planes. En fin, hay muchas maneras de celebrar la unión de dos personas que se aman, sin embargo, aquellos que han decidido hacer convenio con el Señor durante estos días que han sido particulares, y para muchos difíciles, nos enseñan que su unión va más allá de las celebraciones, nos enseñan que el matrimonio trae consigo una porción de esperanza, fe, y obediencia”.
Para terminar sus palabras el hermano Galán citó las palabras del presidente Gordon B. Hinkley enseñó “La vida es eterna y el Dios de los cielos también ha hecho posibles el amor eterno y las relaciones familiares eternas.” (julio, 2003), y esta es la promesa que motiva a todos los que hemos decidido hacer convenio con el Señor en Su Santo Templo a perseverar hasta el fin.