Con tan sólo 13 años tuvo la responsabilidad de interpretar la canción nacional ante un estadio repleto de espectadores.
Si usted presenció la ceremonia de celebración de la clasificacición de Chile al próximo mundial de fútbol, entonces es de aquellos que se impresionó con la tierna pero imponente voz de una jovencita que, llevando en sus manos la bandera nacional, cantó ante los más de 50 mil asistentes al estadio la canción de nuestro país.
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Con un valor poco común para una joven de su edad, Bárbara Farías Aviléz apareció en pantalla con la misión de interpretar tan especial himno para los chilenos. Sin titubear y sabiendo de su talento, caminó en medio de un estadio lleno y deslumbró a la selección nacional de fútbol y a toda la multitud que celebraba la clasificación de nuestro país.
Al momento de cantar Bárbara vestía preciosa y de su cuello colgaba una medalla que es muy familiar para los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, una medalla que distingue a las jóvencitas que se esfuerzan en un programa de logros personales para adquirir atributos semejantes a los de Cristo.
La invitamos a conversar con nosotros y ayer nos visitó en las oficinas de la Iglesia para darnos una breve entrevista y contarnos de su vida, su talento y de aquellas cosas que son importantes para ella. Llegó acompañada de su mamá Elizabeth y de su abuelo Miguel.
Al verla llegar, inmediatamente sorprende con su alegría y personalidad; irradia juventud y pureza.
Nos contó que "desde muy chica" le gusta la música y en especial el canto, pero desde hace unos 3 años decidió tomarlo más en serio y se inscribió en la escuela de canto de Luis Jara. Allí estaba perfeccionando su talento hasta que le enviaron un mensaje para una audición. Se registró y sin más antecedentes que su ánimo y la voz que posee, cantó ante aquellos que la evaluarían. Aunque reconoce que no sabía que pasaría, ya que hubo varias participantes, lo cierto es que fue elegida para interpretar el himno nacional en lo que sería la celebración si Chile clasificaba al mundial. Se preparó junto a sus profesores y el resultado fue visto por las 50 mil personas que asistieron al Estadio Nacional y por varios de millones de chilenos que siguieron la ceremonia a través de la televisíón y otros medios de comunicación.
También nos dijo que para ella son importantes los estudios, su familia y su iglesia. Aunque tiene sólo 13 años, Bárbara demuestra mucha seguridad y tiene claro lo que quiere. Por cierto que el canto es una de sus pasiones, pero sabe que debe ser una buena estudiante. Actualmente cursa el séptimo básico en el colegio República del Ecuador. También entiende, que deber ser una buena hija y un ejemplo de las cosas que cree. Para ella su familia representa la bendición más grande que tiene y disfruta de ser hija de padres que la aman y apoyan.
Le preguntamos sobre la medalla que llevaba la noche que cantó y nos contó que representa sus convicciones, aquellas cosas en las que cree y orientan su vida. Nos dice que ama a Jesucristo y que no debemos ocultar nuestras creencias, que debemos ser un ejemplo y una luz a los demás. Se siente felíz de ser una santo de los últimos días o seguidora del Salvador y le gusta compartirlo con todos aquellos que pueda.
En realidad Bárbara no dejó de sorprendernos durante todo el tiempo que nos acompañó y en ella es claro ver la luz de Cristo, ya que su semblante y sonrisa iluminan todo el espacio que la rodea.