Jóvenes madrugan para estudiar el Evangelio

El inicio del curso lectivo en Costa Rica marca la vida de más de un millón de estudiantes. Pero para los jóvenes miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, otro acontecimiento deja una huella más profunda aún: empiezan las clases matutinas del Evangelio, conocidas como Seminario.

En efecto, los y las jóvenes entre 14 y 17 años asisten cada mañana, antes de entrar al colegio, a clases de religión que normalmente empiezan a las 5 am. Cada año, se estudia un libro de las escrituras diferente: El Nuevo Testamento, el Antiguo Testamento, Doctrina y Convenios o el Libro de Mormón. Este 2017, se analiza el Nuevo Testamento.

Camila Fernández es una joven de Alajuela que está a punto de iniciar su tercer año de seminario y cuenta que levantarse temprano para seminario no es un desafío para ella ya que lo hace con ánimo cuando se trata de seminario. "Pienso que seminario es el programa en la Iglesia con el que más puedo fortalecer mi testimonio, tener más constante la protección del Padre Celestial y tener su espíritu para poder tomar las decisiones que me van a ayudar durante el transcurso de toda la semana. Siento que en estos dos años que he concluido el curso las pruebas que he hecho me sirvieron para aclarar algunas dudas, y me ayudan a poner en práctica mi conocimiento.”

Para los maestros, que dan las lecciones sin recibir remuneración alguna, esta es una ocasión para fortalecerse ellos mismos y aprender de los jóvenes, aunque también implica varios sacrificios: preparar las clases, asistir a capacitaciones, atender sus propias responsabilidades cada mañana y madrugar todos los días –de lunes a viernes- para atender a los alumnos.

Para los muchachos y muchachas, es una excelente oportunidad para recibir conocimiento y vestirse con la armadura de Dios. Los estudiantes saben que para aprovechar ese esfuerzo matutino, también deben entender por qué asisten a las clases, prepararse al leer y estudiar las escrituras, participar activamente en las lecciones, dedicarle tiempo a Seminario, pensar en lo que se ha aprendido, aplicar los conocimientos adquiridos a su vida y ¡divertirse!. “Estoy ansiosa por este nuevo año, siento que va a ser mejor que el pasado, y sé que voy a mejorar y a entender mejor las cosas que el Señor quiere que aprenda, es mi tercer año y voy a tener la oportunidad de poder estudiar el Nuevo Testamento, estudiar la vida de Jesucristo con más exactitud.” Agregó Camila.

Las lecciones se imparten en alguna casa, ya sea del maestro o bien de algún alumno, o en una de las iglesias o capillas, de acuerdo con la conveniencia de todos los involucrados. En ocasiones son visitados por sus líderes.

Los jóvenes adultos solteros de la iglesia también asisten a clases del Evangelio, llamadas Instituto.