Kristin M. Yee, segunda consejera de la presidencia general de la Sociedad de Socorro; y Rebecca L. Craven, segunda consejera general de las Mujeres Jóvenes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días arribaron a la ciudad de Quito el viernes 28 de octubre.
Cuando llegamos a Quito anoche, doblamos la esquina de la carretera rumbo al hotel, y de repente a un lado de la autopista estaba el templo todo iluminado; sé que las luces estaban todas desde afuera brillando en el templo, pero parecía como si una luz viniera de él dijo la hermana Rebecca L. Craven durante una entrevista para la Sala de Prensa de la Iglesia de Jesucristo en Ecuador.
El resplandor y brillo de la luz que emité el templo le hace pensar en el medallón dorado que se otorga a las mujeres jóvenes, el mismo que simbólicamente nos invita a recordar que somos parte de esta gran obra en cuanto al "recogimiento de Israel" en ambos lados del velo, e invitó a que cada jovencita en Ecuador pueda tenerlo.
Las hermanas miembros de la presidencia general de la Sociedad de Socorro y Mujeres Jóvenes arribaron a Ecuador con el propósito de ministrar a las hermanas de la iglesia en Quito y Otavalo, además tuvieron la oportunidad de conocer el nuevo Templo de Quito durante el último día del programa de Puertas Abiertas.
Visita y recorrido al Templo de Quito
La mañana del sábado 29 de octubre, las hermanas Yee y Craven, llegaron al Templo de Quito en Cumbaya, Lumbisí, cuando miembros y amigos de la Iglesia se encontraban haciendo fila en los exteriores del templo.
Durante las últimas semanas de octubre miles de visitantes han pasado por lo corredores externos con el fin de conocer el edificio por su interior; quienes al notar la presencia de las hermanas, rompieron la uniformidad de la fila para dirigirse a saludar y estrechar sus manos.
Con gran alegría y amor se vivió el recibimiento mutuo entre membresía y las hermanas, quienes cálidamente brindaron abrazos y saludos a los presentes, en su mayoría jovencitas y mujeres de la Sociedad de Socorro.
El élder Jorge T. Becerra, primer consejero del Área Sudamérica Noroeste, junto a su esposa dirigieron el recorrido a las hermanas Yee y Craven dentro del Templo de Quito.
La hermana Kristin M. Yee, segunda consejera de la presidencia general de la Sociedad de Socorro dio sus impresiones sobre el templo, y mencionó haber sentido un hermoso espiritu dentro del mismo, y percibe que por la gran Fe de los ecuatorianos, se darán muchos milagros para sus ancestros que han estado esperando por las ordenanzas en el otro lado del velo.
También resaltó una pintura de Jesucristo que se encuentra a la salida de una de las salas de Instrucción camino al Salón Celestial, cuya ubicación es muy singular. La hermana Kristin Mae Yee, es licenciada en Bellas Artes y master en Administración Pública, y se desempeñó como artista y productora en Disney.
El Templo de Quito en su interior cuenta con obras de arte que reflejan la vida de Jesucristo, y también otras obras entre estas paisajes icónicos del Ecuador y la ciudad de Quito.
Durante la entrevista, se refirió a la belleza del templo en sus detalles, y explicó que todo lo que vemos dentro y fuera del templo nos invita a reflexionar en la creación, ya que la creación es un reflejo del Creador dijo la hermana Kristin.
Mediante una hermosa reflexión, mencionó que todos somos creadores, y no especificamente tiene que ser arte. Podemos ser creadores de relaciones, de ciencia, e infinitas formas más. También explicó que cuando ella pinta, empieza con un lienzo en blanco, lo cual le da un poco de miedo porque no sabe a dónde irá. Y eso es como nuestras vidas, ¿verdad? empezamos cuando a veces no estamos seguros de hacia dónde iremos, pero Él sí lo sabe, solamente necesitamos un golpe con Fe en nuestras vidas. Afirmó que cometeremos errores, pero esos errores pueden ser parte de la obra para un resultado hermoso.
La hermana Kristin nos contó sobre la ocación en que pintó al Salvador. Sintió inspiración en dar una pincelada que resultó no ser lo que ella deseaba, al punto que lo limpió con un poco de esmalte, y estaba tan desconsolada porque pensó que arruinó la obra; pero luego sintió la impresión de seguir trabajando en eso, que iba a estar bien y que lo pintaría durante las próximas noches para arreglar lo que acababa de hacer. En realidad lo que habia hecho dejó al cuadro mejor de lo que pensaba. Entonces, lo que parecia un error en realidad resultó ser algo nuevo, que aún no se había hecho. Simplemente no había terminado y había algo mejor para su obra. Piensa en las cosas que creas y cómo Él es parte de ellas; Él te está cambiando para que seas como Él, manifestó hermana Yee.
En los últimos 15 años, la hermana Rebecca L. Craven y su familia han viajado a pueblos de Kenia, Bolivia, Ecuador, Perú y Guatemala con la organización CHOICE Humanitarian, y otras organizaciones conformadas por miembros de la Iglesia, y que actualmente sirven en territorio ecuatoriano con el propósito de ayudar a las comunidades rurales a erradicar la pobreza.
La hermana Craven mencionó que parte de nuestro convenio bautismal es servir, y no necesariamente de una forma más formal, refiriéndose al servicio humanitario u otras formas más complejas. Hermana Rebecca nos invita a ver a nuestro alrededor, ver a nuestra familia, en nuestro barrio, en nuestras escuelas; al serviles podremos ayudar a otros a venir a Cristo, es simplemente vivir el Evangelio de Jesucristo, de esta forma aportamos a esta gran obra, y somos parte del recogimiento de Israel, la gran obra de Salvación y Exaltación que se realiza en el Templo.
Para la hermana Craven, el templo le ayuda a recordar que es una hija de Dios, e invitó a que cada una de la jovencitas tengan está verdad implantada en su corazón, ya que cuando realmente entendemos nuestro linaje divino como amadas hijas de Dios, la vida de cada una de nosotras podrá experimentar felicidad, incluso cuando las cosas puedan no ser de lo mejor a su alrededor; dijo la hermana Craven. Todas tenemos problemas; tenemos desafíos en la escuela, tenemos incomprensiónes con los amigos, tenemos dificultades en nuestras familias, pero si sabemos quiénes somos, podremos levantarnos con alegría, sin importar lo que esté sucediendo a nuestro alrededor.
Los templos son lugares de aprendizaje cuyo propósito principal es proporcionar las ordenanzas necesarias para permitir que los hijos de Dios regresen a morar con Él. Las ordenanzas del templo permiten que recibamos las máximas bendiciones que se hallan disponibles a través de la expiación de Jesucristo.