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Líderes mormones piden leyes que protejan la libertad religiosa

Abogan por salidas que equilibren los derechos de las personas de fe y aquellos con valores diferentes.

Los líderes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días solicitaron este martes que se establezcan leyes en los Estados Unidos que protejan las libertades religiosas esenciales.

Al mismo tiempo, la Iglesia dijo que respaldará legislaciones que procuren brindar protección en ámbitos como la vivienda, el empleo y otras áreas donde las personas LGBT carecen de estas protecciones, las cuales por igual aseguren que la libertad religiosa no se vea comprometida.

Los conflictos de intereses entre los defensores de la libertad religiosa y quienes buscan que los derechos de las personas LGBT se conviertan en ley derivan con más frecuencia de una inacción legislativa.

En una conferencia de prensa que contó con la participación de tres miembros del Quórum de los Doce Apóstoles, el más alto órgano de gobierno después de la Primera Presidencia de la Iglesia, y una mujer líder de la Iglesia, los líderes pidieron que el enfoque se centre en “justicia para todos” y que se haga un esfuerzo por equilibrar medidas razonables para las personas LGBT, específicamente en asuntos como la vivienda, el empleo y el transporte público, los cuales no están disponibles actualmente en muchas partes del país.

Los élderes Dallin H. Oaks y Jeffrey R. Holland, del Quórum de los Doce Apóstoles, y la hermana Neill F. Marriott, de la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes de la Iglesia, hablaron en nombre de la Iglesia para esbozar este problema y explicar la postura y el enfoque de la misma. El élder D. Todd Christofferson, uno de los Doce Apóstoles, facilitó la conferencia de prensa e introdujo a los oradores.

El élder Oaks dijo: “Debido a que a menudo se nos pregunta cuál es nuestra postura en estos asuntos, la Iglesia reafirma los siguientes principios basados en las enseñanzas de Jesucristo y en la justicia para todos, incluyendo a las personas de fe:

  • Reclamamos para todas las personas el derecho divino y constitucional de que cada cual viva su fe de acuerdo con los dictados de su propia conciencia, sin perjudicar la salud ni la seguridad de los demás.
  • Reconocemos que la misma libertad de conciencia debe aplicarse a todo hombre y mujer para que opten por la fe religiosa que elijan, o por ninguna en absoluto, si así lo decidieran.
  • Creemos que debe haber un marco legal a fin de lograr un equilibrio entre la protección de las libertades de todas las personas y el respeto hacia a aquellos que tienen valores diferentes.
  • Rechazamos la persecución y las represalias de cualquier tipo, incluso la persecución basada en la raza, el origen étnico, las creencias religiosas, las circunstancias económicas o las diferencias de género u orientación sexual”.

Los líderes de la Iglesia dijeron que ambas partes del debate sobre la libertad religiosa y la no discriminación deben tratarse con respeto.  

Esta posición es coherente con el apoyo que la Iglesia brindó en 2009 a las ordenanzas municipales de Salt Lake City que protegen el derecho a la vivienda y al empleo de las personas LGBT, así como otras declaraciones que la Iglesia realizó en 2010 contra la intimidación y el acoso a los jóvenes homosexuales. En cuanto a las ordenanzas municipales de Salt Lake City, la Iglesia hizo hincapié en que su apoyo fue posible debido a que las disposiciones también tuvieron en cuenta las libertades religiosas. 

La Iglesia amplió esa posición el martes al decir que apoyaría tales ordenanzas en todo el estado de Utah y en todo el país, siempre y cuando exista un enfoque equilibrado para proteger la conciencia y el ejercicio religioso que avala la Constitución.

El élder Christofferson afirmó que esta petición a los líderes gubernamentales para que exista un enfoque equilibrado entre los derechos religiosos y los derechos de las personas homosexuales, no supone un cambio ni un desvío en la doctrina de la Iglesia. 

El élder Oaks declaró que “aquellos que procuran la protección de la expresión y la conciencia religiosa, así como el libre ejercicio de su religión, observan alarmados la constante erosión de las preciadas libertades que se garantizan en la Constitución de los Estados Unidos”.

Explicó: “Desde 1791 las garantías de la libertad religiosa comprendidas en la Primera Enmienda han garantizado a todos los ciudadanos el que puedan tener la opinión religiosa que deseen, así como el ser libres para expresarse y actuar de acuerdo con dichas creencias siempre y cuando tales acciones no impliquen un riesgo para la salud pública ni la seguridad. Ésta es una de las libertades más preciadas y decisivas de los Estados Unidos. Sin embargo, hoy en día vemos nuevos ejemplos de ataques en contra de la libertad religiosa con más frecuencia”.

El élder Oaks compartió varios de esos ejemplos. El sistema universitario de California, dijo, obliga a algunos grupos a comprometer su conciencia religiosa a cambio del reconocimiento en sus clubes. En una de las ciudades más grandes de los Estados Unidos, abogados municipales pidieron a unos pastores religiosos que entregaran sus sermones y notas en los que, por cuestiones religiosas, se oponían a partes de una nueva ley anti-discriminatoria. Más recientemente, agregó, el presidente de una gran empresa estadounidense se vio obligado a renunciar a su puesto con mucha publicidad en contra de sus creencias personales.

“Nuestra democracia es derrotada cuando a las personas religiosas se les intimida públicamente, se toman represalias contra ellas, se les despide de sus empleos o sufren pérdidas personales porque se han expresado públicamente, porque han defendido una causa o porque han participado en una votación”, dijo el élder Oaks. “Estas tácticas son tan erróneas como el negarle a alguien el acceso al empleo, a la vivienda o a los servicios públicos debido a su raza o sexo”.

El élder Holland dijo que la gente de fe debe mantener su derecho constitucional de vivir de acuerdo con sus creencias religiosas profundamente arraigadas, lo cual incluye el elegir su profesión o empleo, o el servir en cargos públicos sin intimidación, coerción ni represalias de ningún otro grupo.

El élder Holland afirmó que “garantizar los derechos de todas las personas, incluso sus derechos religiosos, requiere sabiduría y juicio, compasión y justicia. Políticamente hablando, ciertamente requiere dedicación al más elevado arte de gobernar”.  Y añadió: “Nada se logra si cualquiera de las partes recurre a la intimidación, al triunfalismo político o a las acusaciones de intolerancia. Éstas son cuestiones serias que requieren de mentes serias embarcadas en un discurso cortés y considerado”.

La hermana Marriott dijo durante la conferencia de prensa que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días cree que cualquier otro tipo de relación sexual, con excepción de la que mantienen un hombre y una mujer casados, es contraria a las leyes de Dios. “Este mandamiento y su doctrina provienen de las sagradas Escrituras, y no tenemos la libertad de modificarlos”, manifestó. “Pero Dios es amoroso y misericordioso; Su corazón se allega a todos Sus hijos por igual y espera que nos tratemos los unos a los otros con amor y justicia”.

El enfoque de la Iglesia representa un deseo de unir a las personas para fomentar un diálogo mutuamente respetuoso. La hermana Marriott recalcó: “Lo mejor de nosotros como conciudadanos sale a flote cuando el vaivén de los diferentes puntos de vista, expuesto de manera libre y exhaustiva en el debate nacional, conduce en última instancia al compromiso y a la resolución, y a que como nación sigamos adelante y seamos más fuertes que antes”.

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