La estatua del Ángel Moroni vuelve a brillar como la primera vez de su colocación en el Templo de Guayaquil, Ecuador.
Luego de permanecer cerrado por 10 semanas por mantenimientos internos y externos, el Templo de Guayaquil abre sus puertas a los miembros de Ecuador de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
El cambio más notorio es la estatua del Ángel Moroni que vuelve a brillar como sol a mediodía. Eso se debe al cambio de la estatua que se realizó el pasado jueves 5 de mayo de 2022, pero no se trata de una estatua nueva, sino corresponde a la primera estatua que se instaló en febrero de 1999.
“Tras una plaga de mariposas, y por las erupciones del volcán Tungurahua y demás cambios climáticos, la estatua había perdido su brillo, por lo que en diciembre 2003 se realizó un plan para reemplazarlo. Durante todo este tiempo, la figura que había tenido el Templo correspondía a una segunda estatua y luego de 19 años, se decidió realizar este reemplazo a su representación inicial”, explicó Eddie Pincay, gerente de Facilidades Físicas del Templo de Guayaquil.
Luego de pasar por un proceso de renovación realizado por Hernán Tomalá, especialista en aplicación de oro, se logró que la estatua tenga su resplandor inicial. Ahora, corresponde que la segunda estatua pase por un proceso de limpieza, y se proteja para que dentro de unos 15 años pueda volver a la punta del Templo.
La estatua del ángel Moroni no es una figura de culto sino un recordatorio de su rol en la restauración del evangelio en los últimos días. Moroni fue una persona real, un antiguo profeta que vivió en el continente americano en el año 400 d.C. y quien fuera el último escribiente en el registro histórico sagrado que lleva hoy el nombre de El Libro de Mormón.
Tal como explicó el presidente Gordon B. Hinckley en la Conferencia General de octubre de 1997, “la figura de Moroni en lo alto de muchos de nuestros templos, es un recordatorio constante de la visión de Juan el Revelador: ‘Y vi a otro ángel volar por en medio del cielo, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los que moran en la tierra, y a toda nación, y tribu, y lengua y pueblo’”.
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El proceso para cambiar la estatua fue de aproximadamente unas 2 horas, pero antes de ello, hubo procesos previos como armar la grúa y colocar los andamos. En ese lapso de tiempo, se invitó a las familias de los empleados del Templo para que pudieran tomarse fotos y presenciar este momento significativo.
“No tengo palabras para expresar lo que sentí en ese momento. Una experiencia extraordinaria que la tendré en mis recuerdos”, expresó Sariah Pincay, quién junto a su mamá y sobrinas pudieron presenciar todo el cambio.
Además del cambio de la estatua, en el Templo de Guayaquil se realizaron otros cambios internos y externos relacionados al hospedaje, iluminaria, sistemas de ventilación y follaje de los jardines. El próximo mantenimiento se realizará el 31 de octubre, donde nuevamente el templo cerrará por tres semanas.
Para los miembros de Ecuador de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, el Templo de Guayaquil ha representado siempre un refugio y la oportunidad de realizar ordenanzas sagradas con el Señor.
Actualmente el Templo de Guayaquil está progresivamente regresando a sus operaciones normales. Todas las ordenanzas están disponibles solamente con cita previa. Para programa o modificar una cita se lo puede hacer a través del siguiente enlace: https://www.churchofjesuschrist.org/temples/details/guayaquil-ecuador-temple?lang=spa