La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos, por medio de la declaración “La Familia: una proclamación para el mundo” define su posición respecto a la familia, el matrimonio, la procreación, la educación y la enseñanza de los hijos.
La primera emisión de esta declaración la hizo el entonces presidente de la Iglesia Gordon B. Hinckley el 23 de septiembre de 1995, durante la reunión general de mujeres de la Sociedad de Socorro en Salt Lake City, Utah, E.U.A y, desde entonces, sigue siendo efectiva y útil para guiar las relaciones familiares, basadas en las enseñanzas del Señor Jesucristo.
“Nosotros, la Primera Presidencia y el Consejo de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, solemnemente proclamamos que el matrimonio entre el hombre y la mujer es ordenado por Dios y que la familia es la parte central del plan del Creador para el destino eterno de Sus hijos”, así inicia la proclamación que, además, hace un llamado a los ciudadanos responsables y a los funcionarios del gobierno de todas partes a mantener las medidas designadas a fortalecer a la familia y a mantenerla como la unidad fundamental de la sociedad
Familias de santos de los últimos días la califican como “una bendición recibida por la Primera Presidencia y el Consejo de los Doce Apóstoles de la Iglesia y un mensaje de nuestro Padre Celestial para gobernar nuestras familias en este tiempo”.
Su contenido, recogido en un documento de una sola página, es útil no solo para los miembros de la Iglesia de Jesucristo, sino que sin importar credo ni religión, parejas de esposos, padres y madres que quieran la orientación y guía del Padre Celestial, pueden estudiarla y vivir en conformidad con sus preceptos.
El plan de felicidad
Entre las afirmaciones de la declaración está que, desde tiempos premortales, el Padre Celestial concibió un plan, aceptado por sus hijos e hijas, por medio del cual esos hijos e hijas procreados como espíritus podrían obtener un cuerpo físico y venir a la tierra a ganar una experiencia terrenal, progresar hacia la perfección, para finalmente regresar ante el Padre como herederos de la vida eterna y con relaciones familiares que se perpetúan más allá del sepulcro.
Las ordenanzas y los convenios sagrados disponibles en los santos templos hacen posible que los hijos e hijas de Dios regresen ante su presencia y que sus familias sean unidas eternamente.
Sobre la procreación y la vida mortal
Sobre el primer mandamiento que Dios dio a Adán y Eva de multiplicarse y henchir la tierra se declara que permanece en vigor y que se relaciona con el potencial que tienen el esposo y la esposa de ser padres, asi mismo declara que Dios ha mandado que los sagrados poderes de la procreación sean empleados solo entre hombres y mujeres legítimamente casados.
De igual forma, declara que los medios por los cuales se crea la vida mortal son divinamente establecidos y afirma la santidad de la vida y su importancia en el plan eterno de Dios.
Sobre el matrimonio y los hijos
La declaración especifica que el matrimonio entre el hombre y la mujer es esencial para el plan eterno de Dios, habla sobre la responsabilidad del esposo y la esposa de amarse y cuidarse mutuamente, así como a sus hijos, que merecen nacer dentro de los lazos del matrimonio y ser criados por un padre y una madre que honran sus votos matrimoniales con completa fidelidad.
Promueve mantener los convenios de castidad, evitar el maltrato o abuso hacia su conyugue o hacia sus hijos, cumplir con las responsabilidades familiares y, como compañeros iguales, ayudarse mutuamente en esto, porque por la violación de estos convenios se debe responder antes Dios.
Dice que los esposos y las esposas, padres y madres, tienen el deber sagrado de criar a sus hijos con amor y rectitud, de proveer sus necesidades físicas y espirituales y de enseñarles a amarse y a servirse el uno al otro, a observar los mandamientos de Dios y a ser ciudadanos respetuosos de la ley dondequiera que vivan, asegurando que son ellos como cabeza de familia los responsables ante Dios del cumplimiento con esas obligaciones.
Advierte además que la desintegración de la familia trae calamidades sobre las personas, las comunidades y las naciones, tal como predijeron profetas antiguos y modernos.
La felicidad familiar basada en las enseñanzas del Señor Jesucristo
“Los matrimonios y las familias que logran tener éxito se establecen y se mantienen sobre los principios de la fe, de la oración, del arrepentimiento, del perdón, del respeto, del amor, de la compasión, del trabajo y de las actividades recreativas edificantes”, afirma la declaración, que además especifica los designios divinos del padre y de la madre.
El padre debe presidir con amor y rectitud, proveer las cosas necesarias y proporcionar protección a su familia, mientras que la madrees la principal responsable del cuidado de los hijos, aunque prevé que otros familiares puedan brindar apoyo cuando sea necesario, como, por ejemplo, cuando la familia tiene una condición de discapacidad, de muerte u otra circunstancia que pueda requerir una adaptación individual.
Algunos testimonios
“Esta proclamación para nosotros es el conocimiento de las cosas esenciales y necesarias para mantener la guía espiritual, de cómo debemos dirigir a nuestras familias, nos ha sido útil para criar a nuestros hijos, para ensenarle la forma como deben conducirse y dirigirse, de actuar en la sociedad, sobre todo a tener responsabilidad en las cosas necesarias y el buen desenvolvimiento, tanto en la vida normal como en el evangelio de Jesucristo”, familia Guerrero Lorenzo miembros activos de la Iglesia de Jesucristo.
Román Guerrero Lorenzo, primer consejero del Distrito de San Juan indicó que debemos ser obedientes de los mandamientos de Dios no por un tiempo ni por unas horas, sino siempre ya que recibir las bendiciones de Dios para ser guiados, es lo que nos garantiza hacer las cosas bien.
También personas no miembros manifiestan algunas impresiones que han tenido al estudiar la declaración. “Nos da instrucciones precisas de la responsabilidad que implica criar una familia. Muestra que la familia tiene que ser planeada, tenemos que educarnos para formar familia porque esta es el centro de la sociedad como se establece en estudios y lo sostiene el libro sagrado y hay que hacer inversión para que tengamos la posibilidad de salir airoso en la construcción de la familia que la sociedad espera y que agrada a Dios”, expresó Romaira Florián, maestra.
"Aunque para la Iglesia siempre la familia ha sido el foco principal, en esta proclamación vemos como se ha puesto en evidencia el gran valor que como hijos y padres tenemos para el Padre Celestial, cada uno tenemos un rol que cumplir y sobre quienes recae la principal responsabilidad", Afirma Dilia Saviñón esposa, madre y encargada de seminario de su Distrito.
"Lo que más me impacta de este documento es la contundencia con que declara que Dios creó al hombre varón y hembra, dejando claramente establecido que cualquier otra cosa contraria es una creación humana; que el matrimonio ha sido consagrado por Dios entre un hombre y una mujer, jamás entre dos personas del mismo sexo", Salin Valdez, líder de la Iglesia de Jesucristo.
"Nos ha servido de mucho a nosotros como miembros de la Iglesia de Jesucristo y nos ha ayudado en la guía de nuestra familia, ya que el poner práctica los consejos que contiene, ha servido para fortalecer nuestro testimonio, para ser mejores personas y ser mejores padres. A mí me gustan muchos esos consejos, porque por medio de ellos podemos encaminar a nuestros hijos por el sendero correcto, que eso es lo que quiere nuestro Padre Celestial", indicó Alexandra, hablando en nombre de la familia Reyes.