Cada 23 de abril se celebra en todo el mundo el Día del Libro, una fecha destinada a promover la lectura, el conocimiento y la cultura. En esta ocasión, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se une a esta celebración resaltando la importancia de los libros como herramientas fundamentales para el crecimiento espiritual y personal.
La lectura desempeña un papel crucial en la vida de los miembros de la Iglesia, ya que les permite acceder a conocimientos que fortalecen su fe, enriquecen su entendimiento de las escrituras y les ayudan a cultivar valores y principios éticos. Además, la lectura contribuye al desarrollo intelectual, emocional y social de las personas, fomentando la reflexión, el análisis crítico y el enriquecimiento personal.
La Iglesia motiva a sus miembros a cultivar hábitos de lectura desde temprana edad, promoviendo la lectura de las escrituras, de libros de doctrina y de otros materiales inspiradores. A través de su programa de estudio de las escrituras, la Iglesia incentiva a sus miembros a profundizar en el conocimiento de las Escrituras y a aplicar sus enseñanzas en su vida diaria.
Además, la Iglesia proporciona una amplia variedad de recursos de lectura, incluyendo libros, revistas, artículos y materiales de estudio, disponibles tanto en formato impreso como digital. Estos recursos abarcan una amplia gama de temas, desde doctrina y principios religiosos hasta historia familiar, liderazgo y desarrollo personal.
La Iglesia también fomenta la lectura como una actividad familiar, promoviendo la lectura en voz alta y el intercambio de ideas entre padres e hijos. A través de programas familiares como la Noche de hogar. La Iglesia brinda apoyo y orientación a las familias para que integren la lectura como parte de su vida cotidiana y fortalezcan los lazos familiares a través del estudio y la reflexión conjunta.
Es así como en el Día del Libro, la Iglesia de Jesucristo reafirma su compromiso de promover la lectura como un medio para el crecimiento espiritual y personal de sus miembros. Al fomentar hábitos de lectura y proporcionar recursos inspiradores, la Iglesia busca fortalecer la fe, nutrir el entendimiento y edificar el carácter de quienes la integran.