Recientemente, los medios internacionales y locales informaron sobre un penoso incidente que se encuentra aún bajo investigación, en el que resultó muerto el joven dominicano José Daniel Encarnación Montero, de 20 años, quien el pasado sábado murió al recibir un impacto de bala en la cabeza estando en su apartamento mientras prestaba servicio como misionero en Cali, Colombia.
El cuerpo del Elder Encarnación (así se le conoció en el campo misional) llegó procedente de Colombia hoy a las 3:54pm, luego de un complicado proceso burocrático agotado por sus familiares en colaboración con los representantes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en el país y la colaboración estrecha de la embajada dominicana en Colombia.
Los familiares del Elder Encarnación, residentes en el sector Cuba de Los Ríos, Santo Domingo Oeste, han aceptado la pérdida con dolor y a la vez con la conformidad que solo una fe férrea puede brindar ante la irrecuperable pérdida que les embarga. A su vez, reciben apoyo emocional y espiritual de los hermanos y líderes de la Iglesia, junto a quienes se preparan para dar mañana un último adiós a José Daniel, a quien le sobrevive un hermano mayor que también prestó un servicio semejante para la Iglesia en El Salvador hace poco más de un año.
Las muertes de misioneros mormones en el mundo
Lamentablemente, diez jóvenes misioneros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días que se encontraban prestando servicio en diferentes partes del mundo han muerto a causa de un accidente o enfermedad grave durante el transcurso de este año.
Además del caso del joven José Daniel Encarnación Montero, ayer mismo ocurrió un accidente en el que resultó gravemente herido un misionero en Idaho, Estados Unidos. El joven se encuentra hospitalizado y en una unidad de cuidados intensivos.
"Para la Iglesia y en particular para las familias de estos misioneros que han perdido la vida, sabemos que la pérdida, aunque fuera de un solo misionero, es mucho", dijo el Elder David F. Evans, Director Ejecutivo del Departamento Misional de la Iglesia. “A estas familias notables extendemos nuestro amor, nuestra fe, nuestra esperanza y nuestras oraciones. Oramos para que sientan paz y consuelo en estos momentos de dolor“, expresó.
El Elder Evans dijo que este tipo de acontecimientos no son comunes y que el trabajo de los misioneros es por lo general bastante seguro. "La tasa de mortalidad de los misioneros es significativamente menor que los de su mismo grupo de edad en la población general", agregó.
Los datos pertinentes de la Organización Mundial de la Salud indican que "la tasa anual de mortalidad de los jóvenes en todo el mundo en este rango de edad es de aproximadamente 205 muertes por cada 100.000 habitantes" (*). "En el caso de los misioneros, la cifra es menos de una vigésima parte de ese número. Sin embargo, aún siendo así, no existen estadísticas que puedan aliviar el dolor que produce la muerte de un misionero", concluyó.
La Iglesia hace todo lo posible para garantizar la seguridad de sus misioneros. Estas medidas incluyen: capacitación sobre buenas prácticas de salud y seguridad personal, instrucciones para el uso apropiado de vehículos de motor, bicicletas y consultas permanentes con los líderes locales de la Iglesia acerca del nivel de seguridad de las zonas y barrios específicos en que estos realizan su labor.
Según el Director Ejecutivo del Departamento Misional, las diez muertes de jóvenes misioneros este año no representan una tendencia. Históricamente, las muertes de misioneros tienen un promedio de unos pocos por año, ya sea por causa de accidentes o enfermedad. Un número similar de muertes se produjeron en 2003 y 2008.
Hoy en día, hay más de 77 mil misioneros, de los cuales aproximadamente 70 mil son jóvenes de ambos sexos entre 18 y 24 años que sirven en todo el mundo. El número de jóvenes en el campo misional ha incrementado un 38% por encima de los que había en este mismo período durante el año pasado. En gran parte, este incremento se debe a un aumento sustancial en la cantidad de misioneras.
(*) Extraído del reporte Global Burden of Disease: 2004. Tablas de resumen, Cctubre del 2008, Organización Mundial de la Salud